Sunday, January 14, 2007

 

Confesiones

Saturday, June 25, 2005

Enganchamos en un chat. Me sonó bien, buen barrio, sabía lo que quería, parecía de un nivel social compatible. Descripción física aceptable, aunque daba para cualquier cosa. ‘¿A qué te dedicas?’, ‘Marketing’. ‘Ah, yo finanzas’. Camino a la oficina, una parada, total era un día relajado. Un poco temeroso, no me dio su dirección, quedó de encontrarme en un punto cerca de su edificio. Una rutina muy típica, por si él se equivocó al calibrarme y resulto ser un adefesio o un picante. Mejor chequearme antes de llevarme a su departamento.

Apareció justo cuando se estaba poniendo a llover, subió a mi auto y bueno, se veía bien. Nada del otro mundo, pero tenía cara de bueno, ojos honestos, un ángulo en la mandíbula y barba de un día que lo hacía particularmente atractivo.
‘Tengo un solo problema’ me dice, ‘llegó la nana’. Tarado, pienso para mis adentros, si no te gusté no tienes para que inventarme ese cuento, basta que me digas que no va a funcionar y basta. Pero no, tienes que inventar esto para dejarlo hasta aquí pensando que me voy a sentir mal. En fin. Mejor parto ya. ‘Ah, bueno…’ le dije. ‘Pero si a ti no te importa, subamos’. ‘¿Qué?, ¿importarme a mí? El problema sería que a ella le importara’. ‘No te preocupes, ella está en la cocina, nosotros nos vamos al dormitorio’.
Pensé de que tamaño podrá ser un departamento DFL-2 en esa parte de Las Condes como para que haga alguna diferencia que ella esté en la cocina y nosotros en el dormitorio. ‘Mejor la mandas de compras’ sentencié.
Subimos, Ignacio tenía puestos unos jeans viejos, un suéter rojo, delgado con cuello de tortuga y una casaca. Esas casacas que me recuerdan a los seminaristas. Estaba tranquilo, obviamente a sus 35 años esta no era la primera vez que hacía esto. La verdad estaba tan tranquilo que pensé que podía ser una rutina diaria.

El departamento me pareció más chico de lo que podría haberme imaginado, tal vez me esperaba algo más grande después de su proposición de dejar a la nana en la cocina. O tal vez fue el efecto de los muebles enormes, antiguos, como de casa de campo que había por todos lados. Muebles de esos de clase alta rural, antiguos, de buenas maderas, con estilos definidos pero sin elegancia. Tal vez uno de ellos en un ambiente así. Pero no, eran todos enormes. Con lámparas también enormes, colgantes y de mesa. No podría vivir en un lugar así. Huele a viejo, se siente que alguien se aferró a los muebles familiares de alguna casa patronal de fundo y seleccionó unos pocos para este departamento. Desproporcionado, pero muy chileno.

La empleada tenía la radio a todo volumen, mientras escuchaba una estación católica en que predican permanentemente. Figuras de santos por todos lados. Una preciosa Virgen del Carmen con todos sus vestidos en telas viejísimas. Velones a cada lado de la imagen. Pasillos oscuros, poco espacio para moverse. Todo en 80 m2.

Partió la empleada y de compras y entramos al dormitorio. Apenas espacio para una cama matrimonial y una mesita con un televisor. Todo demasiado grande para ese cuarto.

La cama estaba desecha, y había ropa tirado entre las sábanas. Nos besamos… bien. Ignacio estaba tranquilo, lo único que pude pensar fue que este hombre no tenía rollos con besar como muchos otros, y además besaba muy bien. El rollo que me aburre es el de los que piensan que pueden tener el pene de un hombre en la boca y no pasa nada, pero si lo besan en la boca se vuelven mariquitas. No me molesta tanto el de aquél que dice que no te besa porque tiene novio, y solo besa al novio. Bueno, algo que le deje en exclusiva al novio, digo yo. Curioso lo que se pone a pensar uno en un lugar como ése, mientras notas que tiene buen sabor esa boca de hombre.

La ropa salió rápido, y me encontré con un cuerpo blanco menos agraciado que la cara que lo acompañaba, las caricias aumentaron y cuando se recostó sobre la cama invitándome a estar sobre él, noté que lo único que se dejó puesto fue el escapulario de la Virgen del Carmen. Un hombre atractivo, todavía joven pero un poco fuera de forma, nada de producido, un buen corte de pelo lo ayudaría mucho. No había tiempo para demasiados juegos, la empleada iba a volver pronto. Sexo tranquilo, pero ardiente, tres cucharadas y a la papa, suavemente. Un corto quiebre para instalar el Mágnum en el Huracán y un poco de K-Y. Me he ido percatando de que activo sensible es muy apreciado, cuido de minimizar el dolor, consciente de un deber de otorgar placer.

Vi su cara de gozo y mi ego se elevó mientras lo penetraba y él se esforzaba por alcanzar mi cara para que lo besara. Con gusto lo besé, con un remedo de pasión, de nuevo ese buen sabor y la sensación de tenerlo bajo mi control, de hacerlo gozar como pocas veces antes. Verlo en su cara y sentir que mis revoluciones también aumentan rápido. Pensar en que el sexo sin condón sería infinitamente mejor, pero sin ánimo de que se nos vaya la vida en eso. Pasaron unos minutos en que quiero creer que lo hice sentir lo que es estar con un macho a todo dar, que lo recorría suavemente pero con firmeza, presionando sus puntos mas sensibles hasta tenerlo al borde del abismo. Le hice una caricia húmeda en su hermoso y enorme miembro y eso lo lo hizo explotar en espasmos desparramando semen por todo su pecho. No me lo esperaba tan rápido, pero sucedió. Un beso más y fuera. Me imaginé que como buen especimen del género masculino, en ese momento querría verme desaparecer, pero yo no estaba dispuesto a irme a medio cocinar y se lo dije. Lo resolvimos rápidamente, y nos estábamos terminando de vestir cuando la nana tocó el timbre.

Nos sentamos a conversar en la sala repleta de muebles, y le pregunté algo más de su vida y poco a poco fuimos entrando en confianza, mientras la empleada hacía ruidos en la cocina. Me ofreció un café, esperaba que llegara con un Nescafé, y como lo tomo sin azúcar iba a ser un asco. Pero no, me sorprendió con un café buenísimo, bien preparado y sabroso. Y le pregunté sobre su homosexualidad, que desde cuando, si tenía novio o novia o algo. Porque no me parecía un novato y se lo dije. ‘Si, tengo novia, pero muy católica, así que no hay rollo si no me acuesto con ella’. ‘Veo que te vas por el camino de bajo riesgo’. ‘Si, supongo, aquí nadie sabe mi cuento, vivo con mi madre’. ‘Ah, OK’ Ahí si pude entender el mobiliario. Era el departamento de la mamá. Volví a la carga, ‘¿Desde cuándo en esto?’. ‘Bueno, los últimos tres años, antes estaba encerrado.’ ¿Encerrado? Inmediatamente pensé en el seminario, porque no parecía del tipo ex-presidiario, como para haber estado encerrado en la cárcel.

Me contó algo de su vida de seminarista, y que no se llegó a ordenar como sacerdote. Hoy está trabajando en base a la educación que alcanzó a recibir antes del seminario, un par de carreras inconclusas. Y bien, tranquilo. Me da la impresión que siguió la carrera eclesiástica por presiones familiares, o por lo menos por eso duró allí lo que duró. Porque me dijo que apenas pudo se salió.

Hablamos más de lo que pensé que podría llegar a conversar con este tipo, más aún en ese ambiente tan lúgubre, con la radio católica aullando prédicas. Me contó que en el seminario nunca pasó nada con él, a pesar de los rumores que por ahí uno oye. Me dijo que eso es más corriente entre los religiosos, monjes etc. O en las congregaciones, menos en los jesuitas que son muy machos. Parece que la Compañía tiene mejores filtros, por eso será que sabemos de muchos jesuitas con mujeres pero nunca he oído de jesuitas homosexuales.

Le conté algo de mis aventuras con las sotanas, que no es que sean muchas, pero suficientes y variadas en el tiempo y el espacio como para hacerme creer que en la iglesia hay bastante actividad homosexual y poca castidad en general. Es increíble como se lo toman tan relajadamente, sin mucho rollo, sin conflicto. Verlos como pasan de mamarse un pene a dar la comunión. Me da a pensar mucho y no puedo negar que ha influido en como entiendo hoy a la iglesia. No quiero sonar idiota, pero me gustaría una iglesia más verdadera, que aceptara la naturaleza de las personas y terminara con la hipocresía. Ya se que somos todos hipócritas, pero es que el que dicta la moral no tiene derecho a ser hipócrita. Me dirán que estos tipos son las manzanas podridas, pero no, no lo creo. Es tan común que parece que a la jerarquía le importa poco mientras no escandalicen. Sean héteros o gays.

Ya no me confieso.
¶ 12:54 PM |

 

Día del Padre

Monday, June 20, 2005

Hoy fue el día del padre. Día importante para mí. Mi condición de padre ha sido un privilegio enorme, a la vez que una condicionante también enorme en cuanto a cómo puedo desarrollar mi vida.

Pero hoy lo quise celebrar, y olvidemos el rollo ese del condicionante, que no lo es tanto. He tomado muchas decisiones en la vida, y la decisión de ser padre es una de aquellas de las que nunca me voy a arrepentir. Al vez porque hasta ahora he tenido la suerte de ver crecer a mis hijos sin mayores problemas, y convertirse en hombres y mujeres sanos y equilibrados, lo que me hace sentir que todo el esfuerzo y las privaciones, y no me refiero a privaciones económicas, han valido la pena. Alguien me dijo que era importante estar ahí para ellos. Creo que por mucho vagabundeo en mi vida siempre he estado junto a ellos, a ratos cortos pero intensos, otras veces a ratos largos, solo estando allí. He hecho cosas con ellos, cosas simples, cosas importantes, como jugar, debatir sobre la vida y la inmortalidad del cangrejo, pensar juntos en que puede ser Dios, hacer deporte, salir de compras, cocinar, pasear el perro. A cada cuál lo suyo.

Nada saca uno con dar instrucciones de cómo deben ser las cosas si uno actúa en forma inconsecuente. Los niños tienen un sensor especial para esas cosas y saltan inmediatamente para hacerte ver que no estás haciendo lo que dices, que cómo esperas que ellos si lo hagan. Pero ni yo soy perfecto ni tampoco todas estas teorías que lo hacen creer que uno los va moldeando. Si, es cierto, uno los va moldeando, pero no está para nada claro cómo. Uno hace cosas y apunta hacia otras, se fija unos objetivos y los que resultan son otros. Uno moldea conscientemente un poco, inconscientemente la mayoría de las veces. Por eso es que como alguien decía, “hay que estar ahí”, porque estando se va moldeando, para bien o para mal, y si no lo hace uno alguien más lo hace.

Los hijos no son de uno, son de ellos mismos, son lo menos cercano a propiedad que uno tiene, aunque los haya concebido, criado, educado, alimentado y vestido por toda la vida. Uno los hace, pero no son propios, y para donde van lo determinan ellos a su mejor saber y entender, uno simplemente tiene la esperanza de que el camino que escojan sea bueno. Con la secreta aspiración de que cuando tengan que tomar decisiones importantes vengan a conversar con su padre y oírlo, y con el terror de que cuando eso suceda no saber que decirle. Porque los caminos por los que podrán optar ellos no son los mismos que se me presentaron a mí, y muchos de ellos no los conozco ni los entiendo. Pero como padre uno quisiera tener la oportunidad de opinar.

Algo parece que hicimos bien porque nuestros hijos andan bien. O al menos eso me parece, nadie es perfecto, pero no siento que se hayan ido por un camino malo, y me sorprenden cada día. Son buenos, son honestos, son nobles, tienen capacidad de dar y recibir cariño, no le tienen miedo al mundo. Han tomado opciones distintas a las mías en muchas cosas, en otras el modelo de su padre de algo les ha servido. A veces me frustra que mis malas costumbres las adquieren más rápido que las buenas. Pero al final la relación es buena, y a pesar de mis ausencias físicas, nunca se les ha pasado por la mente que yo no esté allí.

¿Qué es peor? ¿Dar el ejemplo y no mentir cuando un hijo te pregunta lo que no hubieses querido que te preguntara? ¿O hacerse el leso y contestar algo que no es cierto acerca de algo importante con la excusa de que la verdad le va a hacer daño? Papá, ¿eres gay? Mientes, o te destrozas por dentro, se te vienen mil imágenes a la cabeza, y le dices la verdad. Se te viene el mundo encima, sabes que la mentira es inaceptable, pero se te rompe el corazón de decirle a un muchacho sensible de 17 años que su papá es gay. Y después las preguntas más fuertes, sobre su madre, si acaso la quiero, si sabe quién soy. Querer saber si su concepción es producto de amor o de la pantalla de un gay en el closet. Si acaso mi amigo francés, el alto buen mozón ese quince años menor que yo con el que voy al gimnasio es mi amante. No, no lo era, me hubiese gustado que lo fuera, pero su novia no me hubiese dejado.

Me quedé con la preocupación de qué le efecto tiene una verdad como esa sobre un adolescente. Me contó años después que en ese momento le contó a su polola, que es la misma que tiene ahora. La misma que me dice sonriente “Hola tío” y se sienta a la mesa del comedor a oir las historias de esta familia. La que nunca me ha mirado de manera rara, a pesar de mi incomodidad acerca de lo que ella sabe.
Mi hijo escribe, no se cuanto, pero escribe. Algún día voy a ver algo escrito sobre esto, aunque hoy me dice que no le es para nada relevante la orientación sexual de su papá. Más le preocupa el jote que acecha a su hermanita menor.

Los padres y las hijas. Eso da para escribir un tratado. Estoy seguro de que otros padres que tienen hijas saben de qué se trata eso. Es muy difícil de poner en palabras, pero hay una relación muy especial entre un padre y una hija, que ayuda a resolver y pacificar esas explosiones adolescentes, y que hace que cuiden a su padre, como el padre cuida a las hijas. He tenido las peles más intensas y sentidas con mis hijas, tal vez porque sabemos que después se arregla, porque no podemos vivir el uno sin el otro, sabemos que es una relación muy fuerte. Y eso nos obliga a buscar terreno común en el cuál entendernos aunque ella piense que soy un padre incapaz de comprenderla y yo piense que está siendo totalmente irracional. Pero nos ponemos un gorro de cocinero y juntos hacemos unos fetuccini frescos o fabricamos unos rollos de sushi con su receta secreta. Al final no nos acordamos por que habíamos peleado. O nos parece soberanamente estúpido que hayamos discutido. Porque a veces cuando uno discute con un adolescente muchas veces no se trata del fondo lo que uno discute, sino de la discusión en si misma.

También está mi hijo del medio, el deportista, el que me acompaña en toda la movida física, de contacto, boxeo, artes marciales, saltar de la cumbre de un peñasco en esquís para deslizarse por la nieve virgen, las excursiones en bicicleta, las subidas a la montaña compitiendo con el perro para ver quién es capaz de llegar más arriba. El que me copia hasta la manera de andar. El que adora a su polola y se siente campeón de algo sin decirlo. El que es cariñoso con todos y no tiene complejos de decir cosas amables y tiernas a los demás, que dice lo que piensa, pero tampoco habla demás. El que todos creen que es mi preferido, y no lo es, pero es el que más fácil me hace el trabajo de padre porque lo que pide es que esté con él y hablemos, pero por sobre todo hagamos las cosas que a ambos nos gustan. Y no pide tanto, porque su vida esta llena de desafíos personales, de cosas que aprender y cosas que descubrir. Todavía le quedan cosas por descubrir acerca de su papá machote, el de los músculos y los deportes extremos que sus amigos admiran.
¿o será que ya lo sabe todo?
¶ 11:42 PM |

 

e-mail

Saturday, June 18, 2005

Tengo un papelito guardado en mi maletín de la oficina. Lleva ahí más de seis años, fue escrito en Octubre del 98. Es la copia de un e-mail que le mandé a un perfecto desconocido con el queme conecté muy bien en línea, y con quién tuve largas conversaciones virtuales, pero a quién nunca conocí en persona. Un gringo, de quién no recuerdo mucho a estas alturas. Por alguna razón lo guardé, los sentimientos que tenía en ese momento eran intensos, había pasado algo queme dejó descorazonado, y estoy sorprendido de lo familiares que esos sentimientos me resultan aún hoy. Pero también me doy cuenta de un error que llevo años cometiendo. El de pensar que ya pasó la vieja, que ya no vale la pena el intento..., que lo que me tocaba en la vida ya se fue. El e-mail está en inglés y así lo transcribo, con errores y todo, a ver si otro día lo traduzco.

“I know the feeling. I know what you are going through. My life is a mess, although it appears wonderful to everybody. I wish I could move away and live in NYC with a guy who does something similar to my work, e.g., my buddy in Tokyo. I am torn about leaving my children, I could not handle seeing them go wrong because I´m not around to guide them, I could not handle their resentment for leaving them. Still, I know I should be sharing my life with another man, and in the past six years, since I have been fully comfortable with what and who I am, some wonderful men have been available for me to start a long term relationship, but I have killed those relationships before they flourish, afraid of the consequences. The brief period while I was separated I was too involved dealing with my guilt to spend time developing the budding relationships I could have. There´s a wonderful man who lives in a cottage by a lake in upper Westchester county in New York, he´s about my age, a journalist and a teacher, sophisticated, yet a jock, generous and kind, great cook, loves dogs. Educated, speaks Spanish, great skier, he was a ski bum for a period in his youth… Had a summer romance with him, we spent long summer weekends canoeing and swimming and loving each other at a time I was all alone in New York. Come Fall, and when my kids returned from vacaction, I killed the relatiobship and turned it into a friendship. We are in touch and now he has found another man as wonderful as he is…
Then there is Steve, my love in Tokyo, I met him when he was an MBA student at Columbia. A long story, but eventually we fell in love with ach other, he is 12 years younger… but very mature. Beautiful man, German stock from California, high IQ. Physics major prior to his MBA, speaks fluent German and Spanish, now some Japanese. That relationship put my marriage under a big question mark, at some point I was prepared to leave and live with him but he had to go for a semester overseas, I visited him in Switzerland… We broke up, he came back to New York, I was no longer ready to move in with him, but now he was. We continued our relationship with some drama and passion, lots of misunderstandings and pain, he eventually got a banking job in Tokyo and moved there in mid 1994. It’s almost four years and we still talk on the phone at least twice a month. We got together for a ski vacation in January 1996, I saw him in March of last year when he had a business trip to NYC. He now wants to move back to NYC, if he does, what?? He also talks of marrying a woman, following my footsteps… I tell him not to do that.
Then there is Greg, a lovely tall blond boy rom southern Mississipi. Met him overseas by chance in 1995, staid in touch for a long time over the phone, he’s a kid, just turned 24 this past Monday. He fell in love, came to see me in NYC when I was separated, I was such a mess that I hurt him, he understood and forgave me, clinged to me and I let him. He moved to NYC to do his graduate school work, but I had moved to Chile to keep my marriage together. I visited him a couple of times in NYC. Every time I managed to hurt his feelings, he was getting the raw end of the deal… A few weeks ago he finally cut me off for his own sake. Asked me to never contact him again. He begged me not to call him, saying that he doesn’t have the strength to turn me away. I miss him, I don’t know if I ever loved him, it’s all so confusing when I am resisting love.
After looking back at all this, I get the impression that the wonderful men I was going to have have passed and I have turned them away. They will make their own lives and I will stay in my mess, will try to get comfort loving my children and sharing life with my wife who is an amazing woman who still loves me very much. But something tells me it does not all end there.
Now, after all this, you may realize that I am the anti-romantic stereotype in the way I behave, but I am hopelessly romantic at heart. How long can a man handle such a split and contradiction in his life without breaking down? Don’t be surprised if you hear about me being interned in a nut house some time soon…
I am still ok, but my soul carries a huge weight. My heart is in an unknown place. My mind is functioning and staying the course on the basis of rationality. But there is a huge pain that is killing me.”

¡¿¿Hasta cuándo sigo con la cantinela??!
¶ 9:03 PM |

 

Viejo maricón opina sobre la visibilidad

Wednesday, June 15, 2005

No sé si este post va a subir a la web alguna vez. Voy a escribir a calzón quitado, sin anestesia. Hoy me siento mal, como en esos días obscuros de hace casi una década cuando de hecho abandoné a mi familia por unos meses y viví solo declarándome a mi mismo ser un hombre gay que no tenía nada que hacer casado. Eso terminó mal, con una depresión bastante profunda de la que me costó un poco salir, pero lo logré con la ayuda de un psiquiatra que sin juzgarme me hizo ver claramente lo que yo siempre sospeché: que ser homosexual está en metido en mi naturaleza, es parte de mí, no es algo que pueda cambiar. Y no es que quiera cambiarlo.

Pero también dejamos claro que porque tengo una familia, es decir mujer e hijos, a los que quiero muchísimo, mi vida afectiva está estructurada para estar siempre en conflicto con mi sexualidad. No puedo dejar de quererlos, no puedo evitar que me atraigan los hombres. Y me advirtió que eso iba a ser fuente de dolor, de pérdida, de nuevas depresiones. Pero tampoco llegamos a la conclusión de que había que tener un quiebre en mi vida y dejar a mi familia para “ser gay”. Como que la conclusión fue que viviera la vida como a mí me pareciera correcto vivirla, de acuerdo con las cosas que yo considero importantes. Y en esa revisión no encontré nada más importante que mis hijos como centro de mi vida. Y para mis adentros pensé que sí, que es mucho mas importante que la satisfacción sexual, y también que una vida en común con alguna pareja masculina que por lo demás se veía como una utopía irrealizable. Y aperré. Llevo nueve años aperrando desde esa crisis, y en el último tiempo me he tomado la libertad de vivir parte del tiempo solo, en otra ciudad, en otro país, manteniéndome para todos los propósitos cerca de mi familia. Es como viajes de negocios de largo aliento.

Poco a poco se empieza a apoderar de mí una soledad dura, porque no tengo una vida armada en mi residencia alternativa. Si, lo he pasado bien, pero no tengo una vida social muy activa, excepto las actividades en la cama y la ocasional conversación algo más profunda con candidatos a “boyfriend”. El resto se reduce a conversaciones con el dependiente de la tienda, del supermercado, lavandería, etc. Y al mismo tiempo veo que estoy perdiéndome cosas de mis hijos, cosas que siempre he compartido con ellos. Y siento que se resienten por eso, y a mí también me duele. Por otro lado, no puedo pasármela volando 7 mil kilómetros de ida y otros 7 mil de vuelta cada vez que me da sentimiento de culpa o nostalgia.

Cuando pasé por esto mismo hace 9 años, terminé como conté más arriba. No creo que sea una opción esta vez. Es otra etapa de la vida y en lo que me lancé, desde el punto de vista profesional, ya casi no hay vuelta atrás. ¿Acaso llegó el momento de salir del clóset frente a mis otros hijos, los que a diferencia del mayor, no saben que su papá es marica? ¿O con eso les voy a joder la vida en una etapa en que no les hace falta más problemas? ¿Voy a joderle la vida también a mi mujer? ¿O es una oportunidad que ella también está buscando pero no se atreve? Claro, si yo hiciera eso podría evolucionar lentamente hacia esa utopía de tener una pareja hombre. Buenos candidatos hay, de eso no hay duda, y no me parece tan utópico. ¿O si?

Y a pesar de los comentarios poco felices que hace nuestro columnista bloggero José Miguel Villouta en cuanto a los maricas de mas de 40, hay todo un contingente de hombres de mi edad que tiene una cultura gay que no tiene nada que ver con la de las locas, que son hombres masculinos, de muchos logros personales, con capacidad de pensar sobre la política de nuestra propia gente. Gente que no se la pasa metida en los boliches gay, a quiénes es más fácil encontrarlos en un gimnasio o practicando, y bien, algún deporte extremo. O en una reunión de negocios donde se les respeta por tener las pelotas bien puestas. Preocupados de su apariencia personal en un sentido masculino, con cuerpos ejercitados, en forma infinitamente mejor que el promedio de los que tienen su edad. Si, son parte de la cultura del clóset, o del semi-closet. Gente con esa posición honesta pero no activista que tenía cierto honorable abogado miembro de una importantísima institución del poder judicial norteamericano. Cuando le pregunté, después de una magnífica sesión de sexo, y en medio de una conversación tan estimulante como el sexo, si acaso alguien en su oficina, conocía su orientación sexual, la respuesta fue que no le mentía a nadie ni tampoco lo anunciaba públicamente. Pero siendo soltero a esa edad (45 años muy bien llevados) y además el hombre mejor vestido de la corte, lo que me dijo señalando su traje impecablemente combinado con camisa y corbata de colores interesantes, el que no sabe que él es gay es porque no quiere saber.

Es el hombre no activista de más de cuarenta, el que como yo, vio como la causa gay la tomaron los afeminados, especialmente en nuestros países latinoamericanos. Se mantuvieron al margen, como mi amigo el dentista de niñitos de la clase alta santiaguina, o el militante socialista casado que va lanzado en su carrera política, o el otro, empresario que tiene una magnifica compañía que da empleo a muchos. No todos tienen más de cuarenta años, pero todos quisieron poder hacer algo más con sus vidas, en un momento en que la salida del clóset hacía de tu sexualidad lo único que te definía como persona y te marginalizaba, cerrando puertas por todos lados. Y la defensa de los derechos gay tomó un tono que se lo dieron los que llamamos locas, quienes por valentía o desesperación se lanzaron a dar la cara y pelearle a los patriarcas. Y a pesar del intento que hacemos a veces de negar que son parte de la cultura gay, la verdad es que son una parte muy importante, ya que nos han llevado a los titulares de la prensa aunque sea en la forma poco balanceada y caricaturesca que hicieron los medios tradicionales chilenos. Fueron valientes, como son valientes los Villoutas que de la generación de veintitantos están saliendo a hacer un planteamiento distinto. Y la visibilidad es lo primero para ser respetados, porque si no existimos, como es el mensaje implícito en los medios tradicionales que muestran a la homosexualidad como sinónimo de hombres afeminados que se pintan los labios y los ojos, nadie cuestiona la estructura patriarcal de la sociedad, ni hay necesidad de hablar de este tema ni de incluirlo en los programas de educación ni en los códigos de comportamiento. Admiro a los jóvenes que están haciendo ese esfuerzo, ya que por mucho que en la sociedad actual hay espacio para vivir fuera del clóset y hay dónde apoyarse para tomar esa posición sin convertirse en un paria, sigue siendo un enfrentamiento fuerte con los poderes fácticos de nuestro país.

La visibilidad es el tema. Si no tuviera la situación familiar que tengo, en que una patada a la puerta del clóset afectaría las vidas de mis hijos y mi mujer de una forma que no merecen, probablemente me uniría a esta gente, no siendo un activista sino que simplemente dejándome ver. No descarto que pueda llegar el momento para eso, no es hoy, pero puede llegar. El costo personal es limitado, es el dolor que le causaría a mis hijos lo queme lo impide. No soy de grandes amigos, no baso mi éxito profesional en mi vida social, y hace mucho que mi vida social se ha ido centrando en círculos más abiertos, como preparando el camino para lo que pueda venir. A mi mujer le costaría y le dolería porque sé que me quiere como nadie nunca me ha querido. Aún así, si no les hago daño a nuestros hijos, y si no se meten las serpientes venenosas que siempre aparecen a dar consejos a las mujeres en dificultades matrimoniales, podría llegar a ser una aliada fenomenal. Pero cuando estás lidiando con los problemas de la adolescencia, como lo están mis hijos menores, lanzarles este temita para que lo manejen me parece una brutalidad. Le voy a dar un poco mas de tiempo a este asunto.
¶ 4:04 PM |

 

Indias

Saturday, June 11, 2005

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No es la primera vez que estoy en Cartagena de Indias, pero si la primera que salgo a caminar solo en la noche por la ciudad amurallada. Para los que no conocen esta ciudad, Cartagena está en la costa caribeña de Colombia, y es una ciudad que fue muy importante en épocas coloniales porque era el punto de partida de barcos españoles que acarreaban oro a España. El oro venía del interior de América del Sur, y la última parte del viaje antes de llegar a Cartagena la hacían en balsas por el río Magdalena, hasta un punto al norte de Cartagena, donde trasbordaban a carretas para llegar al puerto. Los fanáticos de García Márquez saben de que hablo, si han leído El general en su laberinto o El Amor en los tiempos del cólera.
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Como Cartagena era un puerto importante para los españoles, la ciudad tiene dos características que hoy la hacen un destino turístico. El primero es que la parte vieja de la ciudad está amurallada a la orilla del mar, con lo que se protegía de los corsarios de tiempos coloniales. El segundo es que tiene construcciones coloniales importantes y en general de buena calidad, ya que era una ciudad rica. En la última década han estado restaurando la mayor parte de los edificios y casas coloniales, y la ciudad vieja está quedando realmente preciosa.
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Además de la ciudad vieja hay una ciudad bastante grande a su alrededor, esa sí bastante más fea que la ciudad vieja. Hay una península que se llenó de edificios de departamentos y hoteles, todos bastante mediocres, aunque desde lejos se ve un skyline de resort internacional. Esas siluetas de edificios altos y esbeltos, en una península que debe haber sido muy linda antes que la llenaran de concreto. Por ahí hay un hotel internacional, el Hilton, y el resto no vale la pena mencionarlos. En la ciudad vieja si hay lindos hoteles, como uno que está metido en lo que fue un convento de monjas clarisas, y que apropiadamente se llama Santa Clara. Hay otros por el estilo en la ciudad vieja, como el Charleston.
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La caminata nocturna fue interesante, descubrí la Plaza de Santo Domingo, donde está lleno de restaurantes y bares que llenan la plaza de mesas muy al estilo romano. Ese es el lugar de los turistas, especialmente los más jóvenes, y también donde muchos locales van a tomarse una cerveza o comer algo. Pero en las angostas calles coloniales, llenas de casas estucadas de dos y más pisos con balcones de madera, también abundan bares y restaurantes de distintos pelos, desde bodegones a los que da un poco de susto entrar hasta restaurantes de alta cocina y a todo lujo.
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Hay muchas esquinas dónde se forman pequeñas plazas con asientos y un par de árboles, y dónde se juntan jóvenes a conversar y flirtear. Poca o nula onda gay, pero más de una morenaza me disparó una sonrisa. Finalmente llegué a la Plaza de la Aduana, la versión cara de la Plaza Santo Domingo, con boutiques caras a su alrededor, como Max Mara y tiendas de ropa carísima. Allí los restaurantes también tenían sus sillas y mesas en la calle pero en forma mucho más discreta y ordenada. Gente de mediana edad, elegante, más silenciosa. Finalmente decidí instalarme en una mesa en la Plaza Santo Domingo, y observar la fauna. Realmente hay bastante diversidad étnica en esta ciudad, algunos negros, algunos blancos, pero la mayoría una mezcla de todos las razas que han pasado por este puerto. Y con ritmo, la música de vallenato se oye por todas partes, especialmente en los taxis y en los bares más modestos. Buena onda los cartagenenses. Uno me convenció de comprarle unos colgajos de piedras locales después de que me mostró todo su inventario me quedé con lo menos feo. Se fue feliz el tipo.

Me fui a dormir sin mayores contratiempos y hoy cuando pude me di una vuelta por la ciudad vieja de día. Las calles estaban repletas de gente, las tiendas abiertas, ruido, gente bailando en las calles supongo que para darle sabor a la ciudad por cortesía del municipio. Ruido y mas ruido, cumbias, vallenatos, gritos varios, ferias callejeras. Negros jóvenes y delgados, con sus músculos marcados, muchos de ellos sin camisa. Calor pesado, húmedo, pero como que es el clima que debe tener una ciudad así. Una ciudad llena de conventos e iglesias, pero con los cuerpos al aire incitando a la lujuria. Estoy seguro que el día que Colombia pueda venderse como un destino seguro esta ciudad se les va a llenar de maricas, va a ser un destino gay de los mejores. Lo digo yo.
¶ 5:28 PM |

 

¿Corresponsal de guerra?... not really!

Thursday, June 09, 2005

“Pues vea usté’, por ahí le han tratado de hacer un atentado, vea que por Soacha encontraron a unos en un camión con un misil antiaéreo que traían pa’ Bogotá, y pa’ qué le van a querer un misil de esos si no es pa’ tumbar el avión del presidente...” “¡Que Dios y los santos lo protejan a él y a su familia!”

Welcome to Santa Fé de Bogotá.

Hasta ahí el taxista que me recogió en el aeropuerto de El Dorado me tenía medio convencido de que Bogotá está muy segura en estos días. Nunca le he tenido miedo a esta ciudad, por el contrario, me gusta, solo que llegar hasta acá y acostumbrarse a la altura requiere paciencia. Me bajé del avión apurado, para salir rápido y encontrarme con el chofer que me tendría que estar esperando. Siempre mi avión se estaciona en la manga más lejana de inmigración y hay que caminar cientos de metros por los folfklóricos pasillos de El Dorado, llenos de figuras autóctonas y reproducciones de las joyas del Museo del Oro. No me gusta la estética de los indios colombianos, pero igual recomiendo el Museo del Oro, por la calidad de la artesanía y la impresionante cantidad de joyas y artefactos de oro. Llegué al puesto de inmigración tranquilo, sin ganas de pelear como me sucede a veces en estos trámites. Una colombiana me atendió y me preguntó a que venía. Le dije que soy turista porque así quedo exento de un impuesto de salida, y que me quedaba tres días. “¿Sólo tres díaaas? ¿Y por qué tan poquito?” Me habló con su expresivo acento paisa, le expliqué que si tuviera más tiempo me quedaría más. “Bueno, le voy a dar treinta días para que se quede, a ver si se queda máaas…” Bueno, le dije, a ver si me entusiasmo, “Pues, siiii… a lo mejor se encuentra una colombiana y se queda y le damos residencia rapidito…”. Ufff, le iba a decir que un colombiano tal vez, que algunos muy lindos andan por ahí. ¡No, no me atreví!
¶ 2:07 PM |

 

Café en SoBe

Café en SoBe

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Este post estaba pendiente desde la semana pasada.
Terminando la tarde y después de un buen rato de asoleo en la piscina, partí a South Beach al CVS grande ese que hay al comienzo de Lincoln Road, para comprar unos asuntos que me encargaron, con el plan de pasar después al Starbucks a tomar un café. No es que no haya un CVS o un Starbucks más cerca de mi casa, sino que tenía ganas de dar una vuelta por esa zona turística a ver como estaba el gentío y a observar la fauna humana diversa que se ve por esos lados.

Apenas estacioné noté un ambiente diferente, como que las cales estaban un poco mas desordenadas, basura amontonada y mucha, mucha gente. Había malos olores con la basura podrida por el calor y me sorprendió ver grupos grandes de hombres jóvenes negros paseando muy activamente, con bolsas de compras entrando a restaurantes, etc. Me distraje un segundo y me encontré a boca de jarro con una joven negra que vestía un bikini de colores fuertes, cada lado con uno de los colores de Jamaica. Me sonrió la tipa, porque los dos nos desviamos para darle la pasada al otro, y volvimos a casi chocar. Esa sensación como de estar en un columpio, que vas avanzando pero te frenas porque vas a chocar, entonces te desvías a la derecha para dar la pasada y la otra persona se desvía hacia el mismo lado y te vuelves a encontrar, sólo que esta vez mucho más cerca que la primera vez, too close for comfort, por lo que no queda otra cosa que sonreir y aceptar el momento de estúpida intimidad que se produce porque no hay reglas de tráfico para los peatones. Y ahí me di cuenta que era una negra bastante fea, con la cara marcada pero con una linda sonrisa, además de sus tetas coloridas.

Me metí al CVS a buscar lo que necesitaba, y decidí partir a estacionarme más cerca del Starbucks, tuve suerte, encontré un espacio en la calle a media cuadra del café. Saqué el boletito ese para estacionar y lo dejé en la ventanilla del auto. Partí al Starbucks, donde en la cola para comprar café había una muestra de la fauna común de ese sector. Un latino con músculos perfectos y piel depilada totalmente suave, bronceado y con suficientes aros como para hacer una decoración navideña con sus orejas, una pareja de turistas blancos jubilados del medio oeste, con shorts color pastel a cuadros, obviamente sintiéndose como peces fuera del agua pero disfrutando el ambiente exótico, un jovencito con pinta de universitario, muy buen mozo, masculino, serio y que conocía a todos los baristas. Cuando llegó un amigo con pinta de loca zafada y lo saludó de beso, me quedó claro que era del club. Y justo delante de mi una pareja de negros que parecían sacados del Bronx, con pantalones bolsudos colgando hasta la mitad de la cadera, una polera de futbolista enorme uno y el otro con una polera ajustadísima mostrando músculos por todos lados. Al rato se acercaron dos muchachitas negras que parece que eran las parejas, ya que otra vez saludo de beso. Las dos venían vestidas en forma muy colorida, y cuando se pusieron a conversar no entendí mucho, a pesar de ser inglés.

Me senté en la calle a observar el paso de la fauna. Realmente hay una diversidad enorme en SoBe, no sólo por los habitantes, sino que también por los turistas que llegan de todos lados. Ese día particularmente me sorprendió porque había una cantidad inusual de turistas negros y muy en el estilo ghetto. Se movían en grupos grandes para todos lados, con bolsas de compras, entrando a restaurantes y variedad de tiendas. Me tomó un tiempo descubrir que el fin de semana de Memorial day se celebra un festival de hip-hop en la playa. Tanto así que la playa se cierra para el evento, y en la noche del sábado hubo un despelote mayúsculo, tráfico cortado, tacos de kilómetros. Me lo perdí. Vinieron grupos de todos lados, y no es que me guste el hip-hop, pero me suena interesante el espectáculo. ¿Quién dijo que Miami no era un centro cultural…?
¶ 12:44 AM |

 

Gustos Musicales

Sunday, June 05, 2005



Bueno, aqui va mi respuesta a Leandro Bertini

Tamaño total de los Archivos de Música en el PC... : 2.0 Gigas

Último disco que me compré: Rufus Wainwright, Want Two
Canción que estoy escuchando ahora: Vangelis. Love theme from Blade Runner

Canciones que escucho mucho: Más que canciones, grupos o cantantes:

Beatles
Bob Dylan
Bob Marley
Bruce Springsteen
Elton John
La Oreja de Van Gogh
Los Jaivas
Los Prisioneros
Molotov
Nana Moskouri
Meter Tosh
Link Floyd
Queen
Rufus Wainwright
Simon & Garfunkel
Swing
Vangelis
También me gusta mucho la Piaf, pero hace tiempo que no la escucho.
¶ 10:31 PM |

Saturday, January 13, 2007

 

Motivación

Tuesday, May 31, 2005
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Memorial day es el primer fin de semana largo de temporada cálida en Estados Unidos, cuando recuerdan a los muertos de las guerras y se deja el lunes como feriado. Por ahí desfilan para honrar a los caídos, pero en Miami la sensación que da es que es un gran fin de semana para el comercio y los hoteles.

Llega mucha gente de todas partes a quedarse estos días en Miami y sus alrededores. Los restaurantes se llenan, hasta esos en los que cualquier plato cuesta 40 dólares, y la gente espera pacientemente que haya espacio. El sábado y el domingo hay fiestas por todos lados, para todos los gustos, hasta algunas que se toman la calle. Las playas también están llenas, aunque ya el clima está anunciando que pronto llega la temporada de huracanes, con una humedad que hace que el aire parezca algodón dulce. La máxima anda por los 32° C, y la mínima no baja de 25° C. Humedad por todos lados, hasta que a mitad de la tarde, cuando uno está disfrutando de lo mejor el sol en la playa o la piscina, se larga una lluvia torrencial acompañada de rayos y truenos.

El sábado fue un día que mejor no cuento, dije que iba a dejar de hablar escribir de sexo por un tiempo. El domingo fue un día de trabajo, tampoco algo para contar. Y hoy lunes, el verdadero feriado, fue mi día de descanso. Me levanté tarde y después de un par de llamadas despistadas de países donde no miran el calendario para saber si donde están llamando es feriado o no, me fui a la deli que esta cerca de comprar un sándwich grandote que hiciera las veces de brunch. Baguette integral con pavo, tomate, queso suizo y cebolla, caliente al estilo cubano. Un café de esos que se sirve uno mismo de un termo a la salida del negocio, y el diario para leerlo echadito al sol.

Nada interesante en el diario de Miami, el New York Times se había acabado. Bueno, parece que no van a extraditar a Posada Carriles, ¿alguien tiene idea de eso?. Eso y algunas elucubraciones de cómo integrar el Sun Pass con otros sistemas de peaje eran las noticias de Miami. El Sun Pass es como un tag prehistórico que se usa en las autopistas de Florida.

Ah, si, también era noticia que los Miami Heat ganaron el partido contra los Detroit Pistons y quedaron punteando. Todo gracias a Superman Shaquille O’Neal, que mide 2,16 metros y pesa 147,4 Kilos. Y que tiene su casa tapizada con la S de Superman, la tiene tatuada en un brazo y en el volante del auto. Que poco respeto con los superhéroes. Shaq será un fenómeno para jugar basketball pero se parece en nada al Superman de mis sueños semi-eróticos infantiles.

Está claro que al Miami Herald le falta para ser un diario de la categoría del NYT, pero por supuesto, Miami no es New York. Esta es una ciudad emergente que tal vez llegue a ser una de las grandes ciudades del mundo como centro de la cultura Latina en un par de décadas. Por eso hoy día tiene un diario un poco provinciano, pero que hace intentos de llegar mas allá de los cayos por el sur. Le he visto algunos buenos artículos de opinión sobre la región latinoamericana, y evidentemente es el diario norteamericano que mayor cantidad de noticias de Latinoamérica trae.

Volví a mi departamento lentamente, hace calor, entré al edificio con aire acondicionado y antes de ir al ascensor me asomé al gimnasio a ver si lograba motivarme a bajar a hacer algo de ejercicio. Miré y la motivación apareció violentamente. Había poca gente, pero entre ellos un tipo que hacía sus elongaciones después de correr y que se preparaba para hacer pesas. Me bastó una mirada para tener unas ganas enormes de estar en el gimnasio en lo posible haciendo pesas. Si, me pasa eso. Me motiva hacer ejercicio cuando hay hombres atractivos en el gimnasio. No hay más rollo que eso, me hace sentir cómodo y no me dan ganas de irme a hacer otra cosa como cuando hago ejercicio totalmente solo. Apenas entré al departamento me puse el equipo y en pocos minutos estaba en el gimnasio. Rápidamente descarté la idea de hacer ejercicio cardiovascular y partí a la sala de pesas. Allí estaba mi motivador amigo.

Me fui al gimnasio con el iPod, escuchando música fuerte, sin ánimo de conversar, sólo quería hacer ejercicio y recrear la vista. Me concentré en ejercitar los pectorales y los músculos de la espalda, pero apenas llevaba una serie de mis ejercicios cuando se me acerca el rubio que me tenía responsable de que estuviera en el gimnasio. Y me dice algo que no oí porque tenía la música fuerte. Me saqué un audífono y lo mire con cara de “I’m sorry, I couldn’t hear you”. “Is that an iPod?”. No podía creer lo que oía, tanto así que no atinaba a responder, que si, que era un iPod. Por mi mente se cruzaba la idea de que me estaba metiendo conversa, que preguntar si eso que tenía colgando del elástico del pantalón era un iPod era como la forma más ingenua de buscar un tema de conversación. Después de unos segundos de confusión total fui capaz de retomar la conversación y a los minutos ya descubrí que el tipo era colombiano, probablemente el colombiano más atractivo que haya visto y he estado muchas veces en Colombia. Un rubio de pelo ondulado, con unos ojos azulados de perro fiel y una barba a medio crecer que me hizo pensar en cómo se sentiría al tocarla. Además tenía una sonrisa que mostraba unos dientes perfectamente blancos y que no se le iba de la cara en ningún momento. Nos cambiamos a castellano, y descubrí que tenía un acento de la costa colombiana medio mezclado con cubano. Una voz ronca, acelerada.

Mi sesión de ejercicios se extendió por bastante más tiempo de lo que tenía planeado y terminamos conversando mil cosas, comentarios acerca de mi buen estado físico a pesar de haber estado parado como tres meses (me dio vergüenza decir que eran seis meses de flojera), y comentarios mios acerca de lo fuerte que entrenaba él. Hablamos de vernos después y que si iba a Chile, como dijo tener planeado, ibamos a esquiar juntos. Y que en los próximos días podríamos salir a comer. Ambos tenemos viajes planeados que hacen que probablemente recién nos veamos a mediados de junio. El no vive en mi edificio, está de visita por unos días en la casa de su hermana. Partió a almorzar y yo fui a buscar mi traje de baño para irme a la piscina. Llego a la piscina y me lo vuelvo a encontrar porque su hermana aún no llegaba. Estuve a punto de invitarlo a tomar una coca-cola a mi departamento, pero no me atreví.
Estuvimos conversando otro poco y finalmente se fue después de haber intercambiado teléfonos.

No se si tengo un nuevo amigo o qué, pero fue un agrado.

Después opté por partir a South Beach a hacer unas compras que me encargaron y tomar un café. Eso da para otro post… ¶ 12:33 AM |

 

Size Matters

Friday, May 27, 2005

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No es que esté obsesionado con el sexo. Aunque escriba mucho sobre el tema en este blog, también hago otras cosas, de hecho la mayor parte del tiempo hago cosas que logran sacarme la mente del sexo.

Pero igual en esta ocasión, nuevamente el tema es sexo, aunque sea el último post sobre el tema por un rato. Se que es frívolo el tema, pero bueno, esa es la gracia del blog, ¡escribo lo que se me da la gana!

Dicen que el tamaño no importa. Dicen tantas huevadas…

Ayer me di cuenta que el tamaño importa, y a veces mucho. Y la verdad puede llegar a moldear la vida de las personas. Casi me había olvidado de la existencia de gaydar, pero ayer de solitario y aburrido que estaba, entré a gaydar. Enganché con un cubano,un tremendo tipo, musculoso y con un perfil simpático. Me insistió bastante, lo que me sorprendió, y bueno, nos juntamos. Cuando por fin nos reunimos no podía creer mi suerte, un tipo simpatiquísimo, de profesión barman de un club straight muy famoso. Con un cuerpo increíble, musculoso, linda piel… Muy atractivo, masculino, con actitud juvenil a pesar de ser treintón.

Me había advertido que tenía problemas de tamaño, lo que me sonó bastante raro. Nunca me había pasado que alguien me dijera “Ah, a propósito, la tengo chica…”. La verdad lo encontré muy raro, pero como siempre he pensado que ‘size doesn’t matter’ no le di mayor importancia al asunto.

El sexo estuvo fenomenal, y es cierto, la tenía chica, lo que me pareció simpatiquísimo, hasta sexy. No, si tan chica tampoco era. En la conversación "después de" reconoció que era muy inseguro respecto de ese tema, y que por eso muchas veces decía que no a proposiciones que le hacían porque no quería tener que mostrar su supuesto defecto.

Ahí me puse a pensar cuál sería su criterio de selección para aceptar proposiciones. ¿Desesperación total? Porque no me podía imaginar que pensaba de mi ni cuáles eran sus expectativas. Obviamente no le recomendaría a nadie compararse conmigo si tiene inseguridad sobre su tamaño, pero en fin, eso estaba advertido. Le retruqué clarito cuando me confesó su problema antes de juntarnos que no, que yo no la tenía chica.

Por eso le pregunté por qué a mi me hizo un approach tan directo, y me confesó que cuando salía con alguien que era claramente activo, no se complicaba tanto porque no había expectativas respecto de su anatomía. De todas formas nunca habíavisto a alguien dar tantas explicaciones por un aspecto que me daba exactamente lo mismo.

Me pareció extremadamente complejo el asunto, nunca había pensado en eso, y aunque me parece tremendamente superficial el tema, claramente me doy cuenta que hay un enorme filón para explotar por parte de los psiquiatras. O poniéndolo en términos más caritativos, hay un tremendo problema de salud mental que requiere atención urgente.

Por otro lado no está mal que para compensar estos tipos desarrollen un cuerpazo espectacular como el de este chico cubano, porque a mi me vino, literalmente, como anillo al dedo… En realidad, ¡si importa el tamaño! ¶ 9:10 PM |

 

Mucho caldo pa' poco pollo

Wednesday, May 25, 2005
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Bajamos del departamento a comer al restaurante del barrio, uno que tiene una terracita en la calle, cubierta con una estructura de metal blanca con enredaderas tropicales que hace sentirse como en alguna isla del Caribe. Apropiadamente caro, para que el ambiente se mantenga, si no exclusivo, al menos… caro. Es la última comida en Miami antes que la madre de mis hijos parta de vuelta a Santiago, así que decidimos comer en el barrio, tomar una buena botella de vino y no tener que manejar de vuelta a la casa.
Simpático el lugar, habíamos estado allí antes con amigos pero ahora queríamos conocerlo más de cerca. Con sus garzones cada uno de una nacionalidad distinta, desde brasileños a peruanos, españoles a cubanos. Todo el mundo hablado español, excepto la rara familia gringa que estaba en una mesa grande al centro de la terraza.
Mientras llegaban las bruschettas al estilo casero (aunque las mías quedan mejor, le pongo mas ajo al pan antes de armarlas), nos dedicamos a observar al flaquito que parecía pastor Amish, de esos que se visten de traje negro, flaquitos, camisa blanca radiante abotonada al cuello. Anteojitos chicos redondos de marco metálico, pelo negro oeinado hacia atrás con algo de gomina. Un perfecto personaje de una película de Hitchcock.
Su compañera de mesa, una rubia cuya sola cabeza era al menos del tamaño de una pelota de baby futbol, cn una enorme cantidad de pelo rubio natural, esponjado como recién lavado y sujetado apenas por un enorme pinche plastico negro. Hacia abajo, un cuerpo enorme, gorda de esas que solo se ven en este país. Con una ubres, porque lo eran, del porte que harían morir de envidia a más de una vaca holandesa. Hacia abajo, todo enorme.
No pude sino tratar de imaginar en que podía terminar esa “date”. O el flaco cayó en una cita a ciegas con la gorda, o es uno de esos que se gozan a una gorda como quién se come un filet mignon. La gorda, para ser enorme, no era tan fea, alguna vez pudo ser una rubia pasable para un hombre hetero con un impulso sexual promedio. Pero con la gordura que desparramaba sobre la mesa, era un bocadote para un flaquito aficionado a las gordas. Me podía tratar de imaginar come meter esa cabecita flaca peinada a la gomina entre esos senos gigantescos, blandos, sudorosos, blancos como la leche… tiene que ser como estar flotando entre nubes o como un gato en la enrollado en una tira de chorizos. ¿Será que me gustan las gordas?

Me recuerda que no hace tanto comí allí mismo con el geek ese, el de los espasmos locos. Seguro alguien nos vio y pensó lo mismo, el flaquito geek con el gordito. No es que esté tan gordo, pero al lado de ese flaco… debo parecer un obeso enorme. La gordura a veces tiene su sex appeal. Insisto en que no estoy tan gordo, pero obviamente no soy un veinteañero delgado pura fibra. Pero tengo un buen recuerdo de un joven inglés que conocí en un gay bath de Londres hace un tiempo. No me sentía gordo y después de encerrarme por una hora en un cuartito privado con uno de los jóvenes mas perseguidos del local, mi ego estaba elevadísimo, pensado que de seguro no me veía tan diferente de los efebos rubios que circulaban por el local. El tipo era pasivo, encantador, a pasamos muy bien… terminamos duchándonos, y vistiéndonos juntos en los lockers. Y mientras me ponía la ropa, se acercó y me dice que fue todo muy hot, y que le gusté mucho, y que una de las cosas más atractivas en mi, y que no pensara que es algo menor, era mi guatita… Si, mi guatita, la pancita que estaba empezando a desarrollar, por tanto viaje, por la infidelidad de mi personal trainer. Pero existía la guatita. Y tenía sus fans. Me la miré y ahí estaba. Sería dura, compacta, con buenos músculos que aun a través de la grasa insinúan las calugas que hubo. Pero guatita al fin. Dura la vida como te arroja las realidades a la cara en los momentos menos esperados. ¿Habrá muchos que se ven atraídos por ua guatita así? Tal vez debería suspender la dieta que aun no logro empezar. Total no me va mal y de repente esa guatita es el arma secreta…
No dejen de leer a estos gorditos encantadores... ¶ 11:27 PM |

 

Esquizofrenia

Saturday, May 21, 2005
Otro post. Fue una locura el fin de semana, esquizofrénico. Por un lado actuando como buen padre, aplaudiendo a mi hijo deportista, estimulándolo a ser mejor. Sentado entre mucho coetáneo pechoño, absolutamente incapaces de transgredir las reglas. Excepto alguno que tiene por ahí otra mujer y de repente abandonó a su señora titular porque tuvo sentimientos de culpa con los hijos que tiene con la de la “sucursal”. Pero son los menos, la mayoría o bien se ajusta al estereotipo, o a estas alturas ya se separó de su mujer y no sigue el jueguito. Pocos tan animales como yo… que no me voy a describir. Puta, ¿para qué? ¡Lean el blog!, ¡Los posts anteriores!
Además de los deberes familiares, me reuní en un desvío magistral desde la Avenida Kennedy, con uno de mis amigos santiaguinos, el que con sus 26 años está siempre preparado para recibir un Huracán por donde sea que se acerque. Lo llamé al celular y contestó disimuladamente ya que estaba con su pololo. Y me llamó de vuelta a los veinte minutos para decirme que ya estaba libre y partiendo a su oficina donde nos podríamos encontrar. Que por favor fuera y llevara condones.
El tiempo daba apenas. Tenía que llegar a mi casa, después partir a la otra punta de Santiago a ver a mi hijo, y desde ahí irme al aeropuerto. Doy gracias por las nuevas autopistas.
Cerramos la puerta de la oficina con doble llave, era domingo y nadie iba a llegar pero mas vale asegurarse. Me abrazó y me besó y en pocos segundos quedaba poca ropa. Compatibilidad total. Como anillo al dedo. Animal. Primitivo. Una explosión increíble… En minutos estaba vestido y de vuelta en la Kennedy rumbo a casa ya sin el dolor de bolas y en paz. Relajado y bien dispuesto a enfrentar cualquier rollo familiar. ¶ 4:00 AM |

 

Fin de semana en el sur

Saturday, May 14, 2005
Aquí estoy arriba de un avión, volando entre Miami y Santiago por el fin de semana, para ver a mi hijo que tiene una competencia deportiva en la que clasificó a nivel de élite. Una joda el viaje, pero le prometí ir a verlo y estoy cumpliendo. Se ha preparado varios años para esta competencia en su último año de colegio, y aunque trató por un tiempo de sostener que le daba lo mismo si lo veía o no, hoy día noté que le importaba. Así que agarré la reserva que tenía hecha por si acaso con millas para viajar hoy y la tomé.
Me da igual que gane o no, pero que esté en la final de una prueba difícil, a puro ñeque, lo encuentro que justifica el viaje y el dolor de espalda que voy a tener la semana que viene. Por que no estoy tan acostumbrado a hacer estos viajes largos en clase económica, y menos cuando tengo que volver dos días después. Pero tiene su gracia viajar en la parte de atrás del avión. Viene gente más real, que se pelea disimuladamente por apropiarse de las corridas centrales de asientos de este avión semi vacío, de manera de poder estirarse a dormir sobre tres asientos. Bueno, Huracancito reservó por Internet en una fila que no tiene a nadie más y ejerció su derecho de propiedad sacando al ciudadano que ya estaba listo para apropiarse de esa corrida. Y con la disimulada gentileza del que se sabe regalón de la linea aérea por su super millaje, sacó a uno los padres de niños que regresan de Disney World para apoderarse de una de las “camas” de clase económica. Hombrecitos con cara de sumisos maridos bajo el dominio de su correspondiente mujer. De los que hablan en falsete para no parecer demasiado hombres, no sea que ofenda a la matriarca. Pero que apenas se suben al avión toman ingenuamente posición de una corrida de asientos con la secreta esperanza de que ninguno de los tres asientos esté asignado. Es la “papita” que le recomendó el amigo que llevó a los cabros a Miami antes que él. Claro que es más efectivo, si uno va a tener que viajar en económica, meterse a la reserva en línea y asegurarse de que no estén ocupados los asientos, y después asegurarse al hacer el check-in. Una pena por el gordito que tuve que sacar, pero quería dormir.
Y dormí. Ya estoy en Santiago, disfrutando de un Apia frío, húmedo y nublado. Neblina por todos lados y ese frío no tan intenso, pero que cala los huesos. Así y todo es rico estar de vuelta en Santiago, está bonita esta ciudad.
Es sorprendente como estar sólo me hace apreciar mi familia, pero también me hace sentir bien como hombre gay, y a pesar de que sigo con un perfil muy bajo y sin salir del closet en muchos ámbitos, me siento bien. Creo que de a poco estoy configurando un cambio que va a ser importante.
Estuve con Paul en Nueva York a comienzos de semana. Es lindo Paul, con sus treinta y tantos años, cuerpo atlético pero natural, peludito pero sin exagerar, sus proporciones como dibujadas por Michelangelo. Realmente un hombre muy atractivo, culto, simpático. Y me hace sentir tremendamente atractivo, porque veo como disfruta estar conmigo, y cada vez que le mando un mail de dos líneas para avisarle que voy a aestar en Nueva York, me llama rápidamente para arreglar una cita. Y lega a la cita con una puntualidad inglesa. Y apenas puede me besa apasionadamente, como si se fuera a acabar el mundo, me pregunta un poco por mi vida y seguimos con sexo que tengo que reconocer que es lo mejor que he tenido en mi vida… cada vez, y cada vez mejor. De ese que termina en eyaculaciones copiosas y de largo alcance, un abrazo agradable y sin ganas de mandar al otro a dar un paseo. Pero es “no strings”, y su novio no sabe que hace estas maldades conmigo. Si no fuera por eso, podría embalarme fácil con él, pero no me gustaría la idea de después ser yo el novio que no sabe y otro el Huracán que ve por ahí escondido. Así que tomé la posición de disfrutarlo mintras dure. Es muy práctico, reservo una hora de almuerzo o un rato después de la oficina. O una mañana temprano. Sin rollos, sin recriminaciones ni exigencias, solo sexo de primera y consideración mutua. Pura atracción, no hy nada más de por medio.
Lo malo del sexo con Paul es que me deja la libido elevada y quiero más y más de lo mismo. Y cuesta encontrar esa calidad.
En Santiago no faltan los amigos con ventaja, los fuck-buddies, los veinteañeros lindísimos que insisten en que conmigo harían cualquier cosa que les pida. Creo que si se da este fin de semana me voy a dejar querer. Creo que voy a llamar a ese joven de 26 años con pinta de modelo pero con actitud de que no sabe lo lindo que es. Que hace tiempo que me dice que sueña con tener sexo conmigo y que cuando he estado con él actúa de una manera que me hace sentir atractivo y deseado. No hemos tenido sexo aún. Sigo pensando que los treintones y cuarentones son mejores, pero bueno, puede que este me haga cambiar de opinión. ¶ 3:57 PM |

 

Cuarentones

Monday, May 09, 2005
Como que fuera a escribir el post que va a cambiar el mundo, llevo días escribiendo uno que todavía no termino. De hecho, lo leí y no entendí un carajo de lo que había escrito.Después agarré el último número de The Advocate y ví que Andrew Sullivan había escrito lo mismo, mucho mejor, más claro, y fácil de entender. A lo mejor lo que yo estaba escribiendo era un poco más riguroso, pero al paso que voy no se si lo voy a terminar de escribir. Una pena que está en ingles, pero igual les voy a dar el link cuando aparezca en la versión on-line.¿Qué más?El viernes tuve una tarde de locos, me fui a almorzar con mi compañero de trabajo gay, y con John, un empresario sumamente exitoso que recién cumple los cuarenta. Y que, además de un par de cientos de millones de dólares que presenta en el estado de situación, tiene una pinta de esas que dan ganas de poder pedir prestada. Especifico que el tipo se declara straight, hetero, es casado y tiene un par de hijos chicos. No sé por qué terminé almorzando con ellos, en el Délano, hotelito de moda en Miami Beach. Almorzando, pero bien regado. Dos botellas de vino más tarde, quedé con algunas serias dudas de qué rating de Kinsey era John. Partió testeándome si acaso me gustaban los strip shows, de minas, obvio. Puse cara de poco interés y al rato reconoció que tampoco le gustaban mucho. Pero cuando paso un mulato con una espalda espectacularmente desarrollada, músculos preciosos, el único que comentó fue él, que era increíble la espalda del tipo. Bueno, y un par de comentarios más que hicieron que mi gaydar sonara a cuatro alarmas. Y con la pinta de John, me estaba empezando a dar un caso fuerte de dolor de bolas, aumentado por el efecto del vino.Creo que falto un poquito para que esto pasara a mayores, y alguno de los dos supuestos straights de la mesa, él o yo, se sacara la careta.En fin, volví a una reunión que tenía pendiente en la oficina y después me fui a la casa a descansar y ver que hacer con la calentura imposible que me dejó John. Entré a gaydar, cosa que hace mucho que no hacía. Al rato enganché con un tipo con el que quedé de encontrarme a comer algo en Lincoln Road. Se veía interesante, decía tener 39 años, bueno, mi perfil dice 38. Más tarde que temprano me encontré con Brian, un arquitecto dueño de una perra Labrador negra, que se había instalado a dormir debajo de la mesa del café donde comí algo apurado, porque Brian ya había terminado de comer. Conversamos un buen rato, pasaron amigos de él a saludar, se acercó todo tipo de gente a acariciar la perra, hasta que por fin partimos caminando. Le ofrecí llevarlo con perra y todo a su casa. Aceptó. Subimos al auto y fuimos a para a una casa preciosa, recientemente remodelada por Brian, en una de esas islitas entre Miami Beach y Miami, en le medio de la bahía. Nos instalámos en una terraza frente al mar y a una piscina iluminada, todo lleno de palmeras y decorado impecablemente con géneros blancos muy del trópico colonial. Tomamos algo y terminé fumando un cigarrillo, cosa que no hacía hace años. Lo disfruté como pocos, y tanto hacía que no fumaba que me trajo recuerdos de la adolescencia, de aquella vez en que fumaba escondido con amigos, y me di el gusto de enseñarles a los demás pendejos los placeres de la masturbación, que yo había descubierto antes que ellos. Eso aumentó la calentura que traía desde la tarde, y bueno, el lugar se prestaba para eso… La verdad es que el sexo entre cuarentones es infinitamente mejor que con un veinteañero (Aunque aceptaría el desafío de quién me quiera demostrar lo contrario). Niveles parecidos de energía, paciencia para disfrutar por largo rato… sin apuro, sin metas. Fue espectacular, hasta que me quedó claro que no estaba invitado a quedarme toda la noche, porque llegarían maestros a las 8AM. Una joda vestirse y tener que partir de vuelta a horas incivilizadas. Pero así es no más. No se si llamarlo de nuevo, tal vez no, puede ser que me entusiasme más de lo que me conviene. Ahora voy a responder a un desafío de Sinister Jazz de hace ya tiempo, buscar 4 CDs en forma aleatoria entre los propios y ponerlos aca. Bueno, no voy a hacerlo con CDs. iPod Song Shuffle, a ver que sale:1. Jugar a la guerra. Los Prisioneros.2. Another one bites the dust. Queen.3. Sexy Sadie. The Beatles.4. Gotta get up from here. Ellie Lawson.Uff, de verdad fue aleatorio… en fin, sin comentarios. La próxima vez lo hago de nuevo. ¶ 12:09 AM

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Tuesday, January 02, 2007

 

Benedictus

Tuesday, April 19, 2005

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Padre nuestro ¿Por qué nos has abandonado? ¶ 8:42 PM |

 

Exhibicionista

Sunday, April 10, 2005

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Sorpresivamente el Huracán está de turista en Miami, ya no es más residente. Y de pronto todos las atracciones que tiene la ciudad pasaron a ser algo que había que conocer rápidamente, antes que los dioses del olimpo lo arranquen de su recién asumido habitat. Revisando la lista, hoy apareció la famosa playa. En todo este tiemo el Huracán ni siquiera se había acercado a la playa. A ninguna playa. No es que tuviera algo contra la playa, simplemente es que como estaba ahí todo el tiempo, un día iba a ir. Este Huracán, curiosamente, es un animal de montaña. Por lo que para que la playa resultara de verdad interesante decidió partir a Haulover, la famosa playa nudista y gay de Miami Beach.

Como novato que era, el Huracán se estacionó en el lado sur de la playa, y recién una vez que había pagado los cinco dólares de entrada al estacionamiento, leyó el letrero que clarito decía “The clothing optional beach is located in the northern end of the beach… etc.” En un istante decidió que no importaba el error, ya que el día estaba lindo para caminar y además le hacía falta ejercicio. Dejó todas sus pertenencias valiosas guardadas en la guantera, y se llevó cinco dólares en el bolsillo por lo que pudiera suceder. El Huracán se sacó la polerita y partió a investigar de que retrataba esta famosa playa.

El lado sur de la playa estaba lleno de familias con niños, y le entró la duda acerca de la distancia que tendría que haber para que el ambiente cambiara desde esa onda familiar de clase modesta al glamour de una playa nudista con inclinaciones gay. La caminata le resultó eterna y por el camino nada… todo el mundo vestido y aparentemente hetero. Caminó mas de un kilómetro, hasta que de repente, pasada una sección de la playa en que todos eran negros con trencitas de esas delgadas, apareció un cartelito que le avisaba al Huracán que si pasaba de ese punto “Podria encontrarse con bañistas desnudos”. También se empezó a ver llena la playa de nuevo, después de un trecho donde prácticamente no había gente.

Ahí se empezó a poner buena la cosa. Aunque había muchos trajes de baños entre la gente, el hombre mas cercano al límite donde estaba el cartelito de advertencia venía caminando resueltamente hacia el Huracán, totalmente en pelotas. Al Huracán le entró el susto y se sintió excesivamente arropado, con sus short hasta más abajo de la rodilla, la polera en la mano y la toalla tirada sobre los hombros. Para disimular se trató de esconder entre un grupo de adolescentes negros, que venian caminando por la playa en la misma dirección del Huracán mientras jugaban con una pelota de fútbol americano y comentaban en voz alta “Hey, bro, told ya this was no gay beach”. Sería por la cantidad de mujeres que se veía entre la gente que estos pintorescos jóvenes supusieron que no era una playa gay. El debate siguió mientras el Huracán los acompañaba, y aunque evidentemente no fuera parte del grupo, por lo menos evitaba ser observado directamente.

La calidad de los cuerpos a la vista era variada, algunos excepcionales, los menos, ya que la mayoría estaba bastante por debajo del promedio de un gimnasio santiaguino. El Huracán recorrió todo el pedazo de playa asignado a “clothing optional” caminando por el borde alto de la playa desde donde se podía ver una panorámica. Decidió regresar, esta vez caminando por la orilla el mar, al sector donde la calidad de la fauna masculina destacaba, aunque fuera marginalmente, por alguna preocupación por mantener la guata bajo control. Allí buscó un pedazo de arena libre con suficiente espacio alrededor como para tener un área de protección, y se sentó en su toallita recién comprada. Tan vestido como había llegado.

El mar tendía lindo color y el sol brillaba arriba, calentando bastante. De pronto el Huracán decidió que había llegado la hora. La hora meterse al agua, pero no iba a mojar el short para después subirse a su nuevo sedán alemán de color plateado chorreando agua salada. Así es que decidió seguir un consejo que le dio alguna vez su mamá: “When in Rome, do as Romans do…”. Y voló el short, quedando totalmente desnudo. Curiosamente no le sobrevino un sentimiento de pudor, al contrario, se apoderó de él una faceta exhibicionista que no conocía. Esa playa estaba llena de gente, hombres y mujeres, gays y straights, y el Huracán tranquilamente lucía sus intimidades sin una pizca de incomodidad. Al contrario, con un secreto orgullo de sentirse observado por algunos elementos interesantes de la fauna presente.

Se levantó de la toalla y camino a paso decidido hacia el mar, el que resultó estar un poco mas frío de lo esperado. Se metió al mar sintiendo las miradas del público sobre su espalda. Apenas pudo giró en 180 grados para dar la cara a su público admirador y al mismo tiempo ponerle ojo a su ropa y toalla, solitarios en medio de la arena. Porque una cosa es andar en bolas un rato por la playa, otra que le roben la ropa y tener que volver en pelotas al auto que se encontraba fuera del territorio de “Clothing Optional”.

La mejor parte era la que venía, la salida del mar, después de sumergirse apropiadamente para que el agua estuviera chorreando por los pectorales hacia la entrepierna en el momento de pisar la arena seca de la orilla, para el deleite del público interesado. Como en los comerciales de televisión. Caminó lentamente hacia la toalla, la tomó y comenzó a secarse con tranquilidad, enfrentando a su público y dejándolos ver todo lo que quisieran mirar. Si al fin y al cabo era una playa nudista, ¿no?

En eso el Huracán notó un cuerpo masculino que iba caminando, con traje de baño celeste de esos que usan los surfistas. Un cuerpazo, sólido, musculoso, poca grasa. Unos pectorales trabajados, con una cabeza que decía latino, pero latino blanco con un toque de africano. Algo asi como la Bianca Jagger pero en macho, y muy masculino. Pelo corto, casi estilo militar. Se notaba algo incómodo, como que no sabía que hacer, si poner su toalla ahí en medio de toda esa gente desnuda o seguir caminando. Cada tanto miraba al Huracán con cara de angustia, y el Huracán lo miraba de vuelta. No se le ocurrió sonreir... A los pocos segundos siguió caminando lentamente y se fue perdiendo en la playa.

Al rato el Huracán decidió partir. Se vistió y partió a investigar donde estaba el estacionamiento para poder venir directo a esta parte de la playa sin tener que caminar diez cuadras. Pasó por el baño público y llegó a un tunel peatonal que pasa por debajo de la Collins Avenue. Cruzó hasta el otro lado y encontró el estacionamiento que debería haber usado. Estaba parado ahí pensando en la caminata que le esperaba cuando apareció una camioneta enorme, y guess what?, la iba manejando el dueño del traje de baño celeste. El Huracán levantó el pulgar para hacerle dedo, a ver si lo llevaba al otro estacionamiento. El traje de baño celeste le contestó con un thumbs up y detuvo su vehículo en uno de los puestos de estacionamiento. Pensó que el Huracán le había hecho un thumbs-up piropeándolo. Medio muerto de vergüenza el Huracán se acercó a la ventanilla y le habló.
“Hi”y le respondieron, “Hi, what’s your name?”.
“Huracán, and yours?”
“Marcos”
“Ah bueno hablemos español entonces”
“Si, de donde eres?”
“Yo, hmmm, este, de Chile, y tu?”
“De los Angeles pero vengo mucho a Miami porque estoy trabajando aquí”
“Ah”
“Y tu vives en Miami?”
“Hmmm, si, ¿no me quieres llevar al estacionamiento sur que estoy estacionado allá?”
“Pues, mira, ando con más gente y los tengo que recoger aquí afuera y partir hacia el otro lado, si no, te llevaría”
“hmmpfff, que lástima voy a tener que caminar de vuelta”
“¿Y que buscas?”
“Eso, alguien que me lleve, y la verdad si le iba a pedir a alguien, me pareció que a ti que te vi en la playa y eres muy atractivo…”
“Gracias, tu también lo eres, te vi saliendo del agua…”
“Y ¿entonces?”
“No sé, yo soy nuevo in this scene”
“But you are, right?”
“Oh, yeah, not new to that, but new to this whole nude beach scene, I don’t yet feel totally comfortable”
“Oh, yeah, I am new too, that’s how I parked at the wrong end of the beach, this is my first time here”
Marcos no se la creyó, después de ver el descaro con que el Huracán secaba sus presas frente al público. Debió pensar que el Huracán era algún tipo de freak de estacionamiento que quería meterlo entre los arbustos, violarlo y estragularlo o algo por el estilo. Inventó una excusa y partió a recoger a sus amigos… No hubo intercambio de teléfonos. Y el Huracán tuvo que caminar por la orilla de la playa de regreso al estacionamiento familiar. Su premio de consuelo fue que como ya estaban cerrando la playa se cruzó con la camioneta que traía los salvavidas que terminaban su jornada. Todos espectaculares, la camioneta llena de bote en bote, con uno de ellos, un rubio muy bronceado manejando. Al ver los ojos de huevo frito con que miraba el Huracán, disminuyó la velocidad y le flirtió descaradamente, para volver a acelerar al segundo. Le dejó una sonrisa en la cara al Huracán. Es bueno estar de turista, ¡parece que se había estado perdiendo algo este Huracán! ¶ 1:33 PM |

 

The Cable Man

Saturday, April 09, 2005

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Sábado 7:30 de la mañana, el teléfono suena y me saca del más profundo sueño. Tomo nota de bajarle el volumen al teléfono. Es el conserje con acento caribeño que me llama para decirme que va a venir el tipo de la compañía de cable a instalarme banda ancha, que debo estar en el departamento entre 8 y 11 AM, y que no vaya a salir por ningún motivo porque si no estoy cuando viene, probablemente nunca más vuelva y que me van a cobrar igual.

Me imagino a Jim Carrey entrando a mi departamento y acosándome… no estaría tan mal. A las 9:30 AM suenan unos golpecitos tímidos en la puerta del departamento. Si hubiera estado en la ducha todavía no lo hubiera oido y chao conexión de banda ancha. Aparece un señor de unos treinta años, cubano, no era Jim Carrey ni tampoco su versión latina. Un cubano gordito, grandote, sin afeitar, no quise acercarme para ver si olía mal , pero altamente probable. Argolla en en el dedo, casado el hombre.

Lo primero que hizo fue desconectarme el televisor del dormitorio porque tengo solo una conexión registrada. Ahí me salio el indio porque le dije que solo ocupaba ese televisor y que me desconectara el que no uso. Pero no, él tiene que aplicar las reglas y decidió que las reglas eran contrarias al televisor del dormitorio y favorecían al del living. Regla del momento, porque así usaba el cable del dormitorio para poner el MODEM y no tenía ni que desempaquetar el desatornillador.

Me enojé, pero en vez de putearlo, se me olvidó el castellano y lo hice hablar en inglés por huevón, si se quiere portar como gringo que hable como gringo. Y le costó harto.
Después que terminó si le dije que su compañía era una cagada, que si me iba cambiar el homepage que debería haber pedido permiso y que si me iba a instalar una cuenta de correo electrónico en el Outlook Express tambíén me debería haber pedido permiso. Me contesto con el company line que le enseñaron en las sesiones de entrenamiento… Si, olía mal el tipo, justo ahí me di cuenta. “We set up the Comcast homepage because then you can surf from a page you know is safe…”

Síndrome del latino cagado de susto. No puede salirse un poco del libreto para dar buen servicio. El miedo a no comportarse como anglo. Como la vieja cubana en la caseta de pago del estacionamiento del aeropuerto. Estaba en la cola para salir cuando los autos se quedaron parados y no se abrió mas la barrera. Se hechó a perder el sistema que recibía la plata y abría la barrera, y no se podía abrir la barrera. Asi que la solución fue que nadie mas salía hasta que llegara algún supervisor que pudiera autorizar la salida sin pagar o abriera la barrera. Una tal Jane, azafata que tenia que llevar su auto al estacionamiento de largo plazo para subirse al avión estaba atrapada en la inmóvil fila de salida. Ni podia salir ni podía entrar y estaba a punto de perder el avión y su trabajo en el proceso. Le bajó un ataque de histeria.

Ante la pasividad de media docena de funcionarios del aeropuerto con uniformes de variado colorido y diseño, el Huracán decidió ser Superman, a pesar de no tener su uniforme a mano. Decidió asumir el vacío de autoridad y empezar a dar órdenes. Mover camionetas hacia atrás, poner un uniformado, seguro que era maletero a cuidar que los que había corrido para atrás no se movieran, hasta que finalmente se abrió un camino para que la azafata pudiera volver a estacionar su auto ya que no podía salir, y que corriera a alcanzar su avión. “Es que me van a cobrar muy caro porque este es el estacionamiento de corto plazo…!” le espetó la azafata al Huracán, que se había vuelto el único que respondía las consultas de todos los atrapados. “No se preocupe señora, estaciónese y si le llegan a cobrar cualquier cosa, me llama y demandamos juntos a estos imbéciles…!” El Huracán ya estaba mostrando los dientes. Finalmente tomó la decisión de romper la barrera ya que en media hora de caos no pasaba nada y se seguía acumulando personas que querían salir del estacionamiento. Cuando estaba a punto de romper la barrerita amarilla y ninguno de los uniformados se atrevía a enfrentar la cólera del Huracán, apareció su excelencia el supervisor que podía tomar una decisión. ¿Qué lo demoró tanto? ¿Mojitos? ¿Qué cosa más importante podía haber estado haciendo? Y llegó sin dar explicaciones, dobló la barrera para que pudiera salir los autos y anunció que nadie salía sin pagar, se implementa cobro manual. Y desfilaron los corderitos sacando sus dolaritos de la billetera como ordenó el funcionario supervisor. Y pagaban la media hora extra que estuvieron en el estacionamiento. Hasta que le tocó el turno al Huracán… Las palabras que usó fueron duras, posiblemente hirientes, pero en ningún caso groseras. Y no le pagó un centavo al cobrador manual improvisado. Hasta la vista baby, hablen con mi abogado. Ah, y me deben media hra de salario por organizarles el caos que tenían y evitar que hubiera una rebelión popular.

Me gusta darle órdenes a la gente aquí. Son obedientes. Claro, excepto cuando tienen un manual que les dice que tienen que hacer, porque en ese caso manda el manual aunque vaya contra la lógica y el sentido común. Es la forma que tienen las sociedades desarrolladas de hacer productivos a los brutos. No necesitan cerebro, solo un manual. Con eso vuelves parte del sistema a gente que si los pones a pensar la cagan. Y todos felices. Claro, no le permiten pensar, decidir, y funciona todo a la perfección… hasta que se echa a perder una máquina y no había manual para esa situación… ¶ 12:45 PM |

 

Esquizofrenia

Thursday, April 07, 2005
Justo cuando empezaba a pensar que me podía empezar a acostumbrar a vivir en el trópico, me llama el compadre que se hace llamar mi jefe y me dice que hay que cerrar la oficina que acabamos de abrir en Miami. ¿Cómoooo? ¡Exijo una explicación!. Bueno, este, que los poderes fácticos… que en realidad no es que sea obligatorio, pero que la lógica, que el nuevo plan de negocios , que el equipo, que la logística. Cresta, digo yo, si esto lo hablamos hace unos meses, y a pesar de no gustarme vivir en el trópico me pareció que era lo razonable y lo acepté a regañadientes. Y ahora me viene con que no, que a pesar de que lo que me dijo entonces es lo correcto, las prioridades de los dioses del olimpo asiático han cambiado, por lo que los mortales tienen que ajustar sus vidas a los deseos de la jerarquía.

Y me pidieron que viniera al norte a conversar con el elegido de los dioses que tiene la misión de convencernos de tomar la “decisión correcta”. Correcta solo sicoincide con lo que ya éltiene decidido, que es juntar a todo el perraje en Nueva York. Le preocupa que en Miami los patanes se vayan a ir a tomar mojitos a Lincoln Road a las 5 de la tarde cuando los neoyorquinos están tratando de subirse a un metro fétido y repleto de humanidad o peleándole a un viento huracanado a 10 grados bajo cero. El perraje si, pero niño maravilla y su marido se van al paraíso, a San Francisco. Huracán a Nueva York, los demás, donde quieran, siempre que sea Nueva York, y que no tenga vista al mar. Ah, y los que ahora están en Nueva York pero tienen la desgracia de falar portuguez, busquen casa en Sao Paulo. Y si no les gusta, bueno, es decisión de cada uno. Lógicamente tiene que ser una decisión consensuada, pero claro, la recomendación de los dioses es… muy clara.

¿Desafiaremos a los dioses del olimpo? Hace unos años lo hubiera hecho, para encontrarme cayendo en llamas, como Icaro, y terminar aceptando los designios de las divinidades, pero con muchos heridos y sangre por el camino. Además, como lo demuestra este blog, Nueva York es mi ciudad favorita, aunque hoy día esté malditamente cara. No me gustó nunca el enclave latino de la Florida, y para mi es un sacrificio estar alli. Detalle práctico: el auto que compré no tiene kit de invierno, esos calefactores de asiento que evitan que el culo se congele cuando uno se sube al auto en pleno invierno. Ni el asiento que se dobla hacia delante para hacer lugar para los esquís. Además, si vivo en Manhattan, ¿Para qué carajo quiero un auto? No será el único inconveniente que los dioses del olimpo tendrán que compensarle al Huracán. Si acaso les acepto sus designios, porque quedé de pensarla, conversarla con la almohada y con la familia. Suponiendo que tengan algo que decir a estas alturas. Madurito ya, los pollos están listos para volar, y el Huracán no está listo para sentarse a ver pasar el mundo. ¿Tendrá el Huracán que cortarse las alas para verlos partir? Y después no poder volver a remontar vuelo... ¿O debería el Huracán partir a las montañas y armar su propio imperio y convertirse en un dios de su propio olimpo? Food for thought…

¿Volveremos a armar la red de amigotes en Manhattan? Los de siempre, y algunos más. ¿Vivir en un loft en el soho? ¿Un departamentito en el upper east side?¿O ne una casita suburbana donde quepa la familia cuando venga a visitar? Uff, los precios me dejan helado,¿ pagar por mes más que el ingreso per capita anual de los chilenos? ¡Qué dolor de bolas!

O mejor bajamos la cortina y de vuelta al país esquina con vista al mar.
Lo que me quedó claro es que el que se hace llamar mi jefe vale callampa. Creo que después de esto no puede firmar ni sus propios cheques. Los dioses decidieron manejar el mundo sin intermediarios y me vinieron a hablar directo. Uff, que susto, estar tan cerca del olimpo te pone más cerca del fuego del infierno. Mejor voy a exigirle a que los dioses me den un paracaídas. No sé si dorado, pero de algún color.

Just another day in the tropics… Mojitos, anyone? ¶ 12:19 AM |

 

El Papa

Sunday, April 03, 2005


Murió el papa. Nuestro presidente agnóstico, recordando que tiene que representar a todos los chilenos, salió a decir unas lindas palabras acerca de este hombre y lo describió como un luchador incansable por la paz, la libertad, la dignidad y los derechos humanos.

El de la libertad. El papa que animó a los europeos orientales, en particular a los polacos, a rebelarse contra el totalitarismo comunista. El papa que logró derribar el muro de Berlin. El que luchó contra las tiranías y contra el materialismo.

El de la paz. El papa que no permitió que países hermanos se fueran a la guerra evitando un infierno en el cono sur de América. El que le dijo a los curas revolucionarios de Centroamérica que su misión no era gobernar sino que atender las almas. El que se opuso a la guerra de Irak.

El defensor de la vida. El papa que mantuvo a la vicaría de la solidaridad como la voz de los que no tienen voz. El papa que acarició la cara deformada de Gloria Quintana en público, al mismo tiempo que le daba su reprimenda en privado a Pinochet. El papa que se apiadó de los enfermos de Sida. El que dijo que el aborto es un exterminio.

El papa de los pobres. El que se preocupó por los pobres y por el lado inhumano del capitalismo triunfante. El que nos dijo que los pobres no podían esperar.

El papa superstar, mediático, carismático. Un papa de profundas reflexiones y también de “one liners” memorables. ¿Quién podrá olvidar los clásicos “El amor es más fuerte” y “Los pobres no pueden esperar”? El que visitó cientos de países y atrajo a las masas en cada uno de ellos, emocionando a las multitudes con palabras simples, sentimientos, carisma.

El que dijo que la homosexualidad es una ideología del mal, contraria a la ley de Dios. El que fustigó a los que presionan al parlamento europeo para aprobar una ley sobre matrimonio entre personas del mismo sexo. Que nos dijo que somos un engendro del mal contrario a lo bueno de la creación de Dios.

Duro golpe para el cerca de 10 % de la humanidad que es homosexual. Un hombre bueno, que con su pensamiento ha trascendido el ámbito de los fieles católicos y a quién hoy lloran católicos y no católicos, nos señala como malvados, como parte de una ideología del mal. Más duro todavía para los homosexuales que crecimos en la tradición católica. Que fácil hubiese sido descalificarlo diciendo que, si es así, tiene al mal metido en el medio del clero de su propia iglesia, donde las prácticas homosexuales han sido corrientes, donde un celibato, al menos una apariencia de celibato, protegido por una investidura religiosa resulta un cómodo refugio para quiénes tienen esa orientación. Pero no se descalifica fácil a este papa que acaba de morir, menos en estos días en que una parte importante de la humanidad derrama lágrimas, entra en duelo y clama por que se le eleve a la categoría de santo.

No cuesta mucho encontrar en internet, cortesía de google, largos debates acerca de este tema, con explicaciones acerca de dónde están las raíces del rechazo a la homosexualidad en la tradición judeo-cristiana. Interesantes debates, que no cambiarán un hecho, que es la orientación sexual de los que somos homosexuales. Orientación que uno no sale a buscar, sino que se le impone uno como se le impone el color de ojos. Condenados o no en la biblia, contrarios o no a la lectura que algunos hacen del plan maestro del creador, somos parte de esa creación. ¿Qué debemos hacer? ¿Desaparecer para darle consistencia a la interpretación religiosa de lo que quiso el creador que fuera bueno?

A pesar de que uno tiende a tomar la posición egoísta de enfocarse en lo poco malo de un hombre cuando ese poco malo nos afecta directamente, no me parece una buena idea concentrarnos en lo que le faltó a este hombre excepcional, sino en lo bueno y trascendente de su obra. El siglo 20 fue afectado en forma determinante por este hombre, el fin del comunismo como lo conocíamos, la búsqueda de la paz, el mayor respeto de los derechos humanos. Y no lo hizo todo, porque no se le puede pedir tanto a un solo hombre.

Queda pendiente una tarea grande para su sucesor, si acaso a alguien le importa, de hacer la iglesia una iglesia en que todos los seres humanos sean iguales, que sea capaz de salirse de los esquemas patriarcales de hace dos mil años para abrir la iglesia en forma igualitaria a las mujeres y tratar de reconciliar las visiones de la homosexualidad con una ética del amor. Algunos dirán que eso sólo habría de importarle a los miembros de la Iglesia Católica Romana, pero no, la esa iglesia es patrimonio de occidente, es una expresión de la cultura de la que somos parte y de nuestras tradiciones, y así como nuestra cultura influye sobre la iglesia, la iglesia afecta fuertemente lo que nuestras sociedades son y como se organizan. Y si no lo creemos, que alguien me explique por que tomó tanto tiempo pasar una ley de divorcio en Chile cuando el apoyo mayoritario existía hace muchísimo tiempo.

Un papa con su misión cumplida entró a mundo del espíritu, se fue al cielo como dice el titular de nuestro diario farandulero. Que la fuerza ilumine a los que van a elegir su sucesor, o que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales, como diría un buen católico. ¶ 4:21 PM |

 

Póstdata

Friday, April 01, 2005

¿Y cómo estáaaa? Me preguntó el médico. Y rápidamente me puse a pensar que contestarle a esa tan pregunta imbécil. Pensé como estaba, desnudo de la cintura para abajo, cubierto por un pañito a cuadrillé celeste bastante delgadito, con los calcetines y los zapatos puestos y los pies afirmados en los estribos. No estaba cabalgando, estaba en la camilla del urólogo, con las piernas abiertas exponiendo mi culo frente a un doctor buenmozón y una señora enfermera de avanzada edad. En el momento en que me preguntó como estaba, me tenía metido un fierro por el ano que me andaba mordisqueando la próstata. Ya se habían solazado sacando fotos del interior de mi recto, y ahora se estaban dedicando a sacar pedacitos para llevárselos de recuerdo. Además me habían dicho que tenía que hacerme todo eso para ver si tenía un tumor que pudira ser canceroso, o sea, me dicen que capaz que me esté muriendo y que el asunto había que hacerlo con urgencia... no podía dejar pasar más días con el antígeno prostático marcando alerta roja.¿días? dije yo... ¡mierda! esto es en serio.

¿Qué le podía contestar?... "¡Tan bien como se puede estar en riesgo de recibir una sentencia de muerte, con los pantalones abajo, las patas abiertas y una herramienta ensartada en el culo…!" No le hizo gracia al doc, pensé que tenía sentido del humor, pero parece que estaba preocupado del efecto de la anestesia local y no tenía ánimo para chistes.
La enfermera viejita me miraba con cara de lástima, tratando de devolverme algo de dignidad mientras yo apretaba los dientes y el lindo doctorcito penetraba mas adentro con su herramienta y pegaba los pellizcones sin aviso ni misericordia. Cada vez que me dolía algo y me atrevía, con la mandíbula herméticamente cerrada, a emitir un ruido señalizando dolor la respuesta del médico caradura era ¿Qué pasóooo ahíi…? Como si yo fuera un alharaco, chillando de puro mariquita y por cualquier cosa, y como si él no hubiera tenido nada que ver en el asunto.
¿Cosas de la edad?
Si claro, me sentía como esos avisos que te recuerdan que estás a medio camino a jubilar y que te tienes que poner a ahorrar. “¿Te has fijado que ahora tienes en la punta de la lengua el nombre de tu urólogo y no te acuerdas ni de la cara del pediatra de tus hijos? ¿Te has fijado? Eso quiere decir que estas a medio camino de jubilar…Trae tus luquitas de ahorro provisional voluntario para acá…” Deberían prohibir esos avisos que son ofensivos a la dignidad humana. Además todavía no estoy tan viejo, pero el antígeno prostático se disparó y me tuve que someter a ese procedimiento humillante… Cuando llegué a mi casa me llamó mi compañero, y cada vez más amigo, que es abiertamente gay y está casado con el profe, porque teníamos pendiente una llamada de negocios con otra gente. Le dije que no iba a poder tomarla porque acababa de llegar de una larga sesión en que mi vi obligado a entregarle el culo a un buen mozo y joven médico que me metió su herramienta y no me dejó tranquilo hasta que literalmente me dejó hecho pedazos. Que se había dado el gusto de hasta tomar fotos de la sesión y que cuando terminó limpió y guardó su herramienta y me dijo, “¡vístete, te puedes ir!” sin una pizca de emoción ni sentimiento. Que se dio media vuelta y me dejó ahí tirado... Y que después de una experiencia así no me sentía capaz de concentrarme en una llamada de trabajo, que me disculpara y tratara de comprender… Claro, el pobre enmudeció y no supo que decir. Todavía debe estar tratando de entender que me pasó… ¡El lunes le cuento los detalles! ¶ 8:17 PM |

 

La caja de los recuerdos

Wednesday, March 30, 2005
Tengo una caja que contiene una colección de objetos que provienen de distintas etapas de mi vida. Por ahí está el talón del pasaje y el boarding pass de mi primer viaje a Estados Unidos, que además fue mi primer viaje en un avión de verdad. Antes de eso sólo había dado una vuelta en una avioneta durante el festival de algún club aéreo de provincia cuando aún había aeropuerto en Hualpencillo. Eran los tiempos en que los viajes a Nueva York se hacían con escala en Lima, Panamá y Miami. Avión lechero, chico, B707 o algo así, poca autonomía de vuelo.
Fotos de cuando tenía dieciséis años, una cara angulosa y lindos crespos rubios que eran la envidia más que la admiración del sexo opuesto. No me decían que lindo a mi, sino que “¡que lindo pelo!”, que no podía soñar a piropo indirecto, hasta que seguían con un “¡Me encantaría tener el pelo así!”.
Decenas de cartas recibidas, tarjetas, botones, carnets de la mas variada indole, tarjetas antiguas, you name it!. En eso estaba cuando me encontré una carta de Nicolas, quién siempre escribía su apellido francés entero en letras mayúsculas. Apenas vi la carta fluyeron recuerdos gratos de hace ¿10?, ¿12? años, cuando el huracán rondaba por The Big Apple, New York City.
A Nicolas me lo encontré sentado en un bar, específicamente Splash, en la 17 entre la Quinta y la Sexta. ¡Que viejo que es ese bar, ya existía por esos tiempos y sigue ahí!. Un tipo de pelo negro y tez muy blanca, extrañamente atractivo, muy masculino, con cara como de extranjero, quiero decir poca cara de gringo, y con una expresión en la cara que parecía una sonrisa permanente o que reflejaba un alma predispuesta a siempre ver el lado bueno de las cosas. Siguiendo a mi líbido me acerqué, perdí el susto cuando le vi la expresión sonriente, y le hablé. No me acuerdo de qué, pero logré descubrir que era un estudiante francés de negocios que acababa de llegar a Nueva York para hacer una práctica en una sucursal de una de las mas importantes casas de moda francesas. Se estaba alojando en un hotel que quedaba a dos puertas del bar, hotel queme parecía haber visto anunciado en alguna revista gay. Conversamos algo mas, y con toda su simpatía me dejó entender que no ibamos a terminar en su cama esa noche. Pero me dio su telefono y me pidió que lo llamara. No entendí mucho que estaba pasando, pero en fin, volví a mi casa algo frustrado.
No pasó mucho tiempo y lo llamé. Quedamos de almorzar, comer o algo. Me contó mas de su práctica, y que ya estaba viviendo en otro lado en un departamento por ahí en downtown. No recuerdo mucho, pero claramente no ibamos destinados a la cama. Por entonces yo ya había caído en alguno de mis otros enamoramientos, lo que permitió que mi relación con Nicolás evolucionara naturalmente hacia una amistad, claro una amistad con diferencia de edad, él debe ser por lo menos unos 12 años menor que yo. Fue mas fácil como amigo, me invitó alguna vez a la venta para empleados de la tan mentada casa de modas. Compré algunas cosas para mi mujer a precios caros, pero infinitamente más baratos que los estratoféricos precios de lista que le daban al público. Nicolás se manejaba bien en ese ambiente y me contaba todas las copuchas internas de la empresa. De alguna manera se sentía intocable porque venía apadrinado por alguien muy cercano al diseñador que fundó la casa de modas, a a su pareja, no lo recuerdo bien. Alguien que era el novio de Nicolás y la razón por la que fuimos amigos y nada más.
Otra vez me invitó a acompañarlo un sábado a hacer algunos trabajos extra a la oficina de GMHC, una organización sin fines de lucro en la que trabajaba como voluntario en la parte administrativa. GMHC es la sigla de Gay Men’s Health Crisis y es una organización que tuve un rol muy visible en la lucha por controlar la epidemia de SIDA en los 80 y 90. De hecho todavía existe y está en lo mismo. Me contó la interna de esa organización también, con su humor y estilo galo. Es muy francés mi amigo Nicolás, eso si, de esos franceses simpáticos que me hacen sentir orgulloso de tener algo de sangre y hasta un apellido que viene de Francia. Sensación que no me es habitual.
Un día nos despedimos, volvió a su tierra. Nos escribimos algunas cartas, y algo pasó, no recuerdo qué, tal vez me cambie de casa o de país, y perdimos el contacto. Después me olvidé de él, seguí con mi vida, me vine a Chile. Hasta que anteanoche, medio desvelado, me puse a escarbar en la caja de los recuerdos y me encontré una de sus cartas. Ayer finalmente decidi encontrarlo. Google es maravilloso, y con un par de clicks me enteré que Nicolas esta dedicado a administrar una orquesta de musica clásica bastante importante. Administrar en el sentido de administración y finanzas y marketing. Apareció por ahí su mail, y a pesar de lo tarde en hora Europea, ahí mismo le mandé un mail corto para ver si era realmente el mismo, y no un alcance de nombre. Ya hemos intercambiado varios mails, mañana tenemos programada una conversación telefónica, y si, es el mismo. No le he hecho aún las preguntas difíciles, como si tiene pareja, tal vez porque no quiero saber. Pero se alegró de oir de mi, y se acordaba perfectamente de quien era yo… me describió exactamente la última vez que nos vimos. ¶ 11:47 PM Comments | Trackback

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