Tuesday, January 02, 2007

 

Americana

Monday, March 14, 2005
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Salí de Nueva York más tarde de lo que me había propuesto. Recién a las once y media de la mañana estaba saliendo de la agencia de Avis en un flamante auto recién arrendado para internarme en el Estados Unidos gringo, el que hay en el interior, alejado de las grandes ciudades. Upstate New York llaman a esta parte, la parte de arriba del estado de Nueva York, donde vive la gente que vota por los republicanos y donde la idea de una economía basada en servicios todavía no se entiende muy bien.
Tenía que cruzar las montañas Catskills, al noroeste de la ciudad de Nueva York para llegar al borde norte de una región que debe ser parte de lo que llaman el Rust Belt, ciudades industriales manufactureras modelo siglo XIX. Feas, edificios de ladrillo rojo, deteriorados, comercio anticuado y venido a menos, casas victorianas con la pintura descascarada. Filas de casas donde se ve de todo menos prosperidad. Todo esto metido en el medio de una naturaleza preciosa, donde los bosques que cortaron para la revolución industrial ya se han recuperado y cubren los montes que rodean a estas ciudades que generalmente se caracterizan por alguna fábrica paralizada. Me metí al centro de Binghampton para buscar un cargador para mi celular. Aparte de no ver a un alma en las calles excepto un par de adolescentes blancos con cara de hambre y de estar saliendo del efecto de alguna sustancia ilegal, me deprimió el aspecto general del centro. Era como de otro siglo, paralizado. Por supuesto no había un Starbucks, nada por el estilo, solo un café tradicional que con algo mas de color en su letrero intentó modernizar su aspecto, probablemente pensando que algún día las bestias negras de Starbucks llegarían a quitarle el negocio. No veo riesgo de que eso vaya a ocurrir pronto.
Después de finalmente encontrar lo que necesitaba en las afueras, en un strip mall cerca de la universidad que le da vida a uno de los suburbios, enfilé hacia el campo, ya saliéndome de las autopistas por caminos de menor impotancia que sepentean entre los cerros boscosos. Cientos de granjas muy gringas, con potreros blancos cubiertos por la nieve, el granero y el silo de rigor. Pero granjas venidas a menos, que hace tiempo no ven la pintura ni la renovación de equipo, predios que producen maiz en el verano y se latean a morir en esta época invernal. Farm boys entrando a los bares de mala muerte que hay en los cruces del camino, pero no los farm boys de Colt Studios, sino que unos flacos esmirriados llenos de espinillas y vestidos con ropa horrorosa. Ninguno como para protagonizar algún video erotico sobre faro boys. La decadencia total, en evidencia los golpes de la globalización. Puta, si están los chinos que los productos manufacturados infinitamente mas baratos que estos gringos, y hay agricultores en Brazil que producen maíz a costos ridículamente bajos. ¿Qué hacen estos gringos entonces? ¿Sentarse a ver como la gloria de otros tiempos termina de desaparecer? ¿O esperar a ver que pasa?
La economía se va transformado en una economía de servicios. ¿Qué carajo significa eso para esta gente? Hacerse bombero, total eso es un servicio siempre necesario, y seguro algun día hasta les pueden pagar bien. O emplearse en las hamburgueserías, los McDonald’s o los Wendy’s, o en las tiendas, para vender productos electrónicos fabricados en China a cambio de sueldo mínimo. O trabajar el campo y atender a los turistas ricos que llegan en el verano de las ciudades. Turistas que cada día tienen mas caras asiáticas y latinas, whiz kids que se ganan la plata con su creatividad en los centros urbanos, no con las manos en el campo ni en la fábrica como “debiera ser”. Triste panorama.
Seguí manejando hacia el norte y el panorama cambia un poco, se vuelve mas high tech, hay industrias modernas, limpias y gente rica de nuevo. Las casas empezaron a mejorar su aspecto, las granjas reemplazadas por desarrollos inmobiliarios con vista a un lago. Casas antiguas muy bien tenidas, Greek Revival, Colonial, Tudor , Federal, Victoriano, los estilos se van mezclando y el cuidado de sus dueños se nota. Los precios se notan altos, restaurantes en posadas antiguas con platos de 30 dólares, chimeneas impecables. Es un pueblito que es de verdad muy turístico, de alto nivel. Mi destino por el día de ayer. A ver a gente que quiero mucho, reencontrarme con parte de mi pasado.
Es sorprendente el contraste entre el Estados Unidos de la costa, la ciudad grande y estos lugares de campo. Acá es Americana pura. Old fashioned America. Si, puedo entender que más de la mitad de este país haya votado por Bush. ¶ 9:16 AM |

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