Friday, October 06, 2006

 

Musica y tierra firme

Sunday, February 13, 2005

Hace ya un rato que estoy en Miami. Tranquilo, libre para hacer lo que quiera y lo que me ha dado la gana hacer es comprar un poco de música, un libro de cocina y unos accesorios para mi computador. Instalarme a escuchar la música para viejos que compré, disfrutando de la vista espectacular que tengo y comer cosas livianas preparadas con paciencia en la cocina. Y me falta tiempo. Para también ir al gimnasio y salir a caminar por la orilla del mar. Pero ya me estoy organizando para hacer esas cosas una vez que tenga lo demás bajo control.A mediodía fui a conocer la lavandería del barrio, para llevar a lavar mis camisas y limpiar los pantalones sobre los que derramé un poco de chianti anoche. Me senté a tomar una copa de chianti después de comer, escuchando música, y en un momento se me apagó la tele, y la copa empezó a deslizarse entre mis dedos, imperceptiblemente en un comienzo, hasta que un brusco giro y derrame de líquido me despertó. No pasó a mayores, y no pasó nada grave en el sofá ni en la alfombra. Opté por seguir durmiendo en la cama. Ayer hacía frío en Miami, además estaba ventoso, por lo que no tenía la ventana cerrada. Por eso me dio sueño, claro, y por el chianti. Creo que mejor sigo con mis conocidos merlot y shiraz. Aunque el chianti tiene algo que va bien con el trópico.Me ha resultado bien volver a escuchar música de viejos, Pink Floyd, the Wall. Era mejor la música de antes. También me traje un Simon and Garfunkel, ese que tiene todos. Que lindo escuchar lo que cantábamos envueltos en mantas, medio borrachos, alrededor de la hoguera en los setenta. Trae recuerdos dulces. De pelo largo y pantalones sueltos, claro, sueltos en la parte de abajo, porque no andábamos mostrando la marca de los calzoncillos en esa época. Bueno, ni marca tenían los calzoncillos, por lo menos no visible. O eran Victoria o alguna marca de calcetín. Pero no una para lucir con todas sus letras en una banda elástica por encima del cinturón como lo hacen hoy con los Tommy Hilfiger y los Calvin Klein. Ahí estuvo mal Victoria, seguro desapareció, pensando que su negocio era fabricar calzoncillos, transformar la materia prima en productos terminados, ser industrial. No se dieron cuenta que eso lo hacen mejor y más barato los chinos. Y que la generación que ahora compra calzoncillos no está buscando la prenda utilitaria y bien hecha que ellos hacían, sino que la que tiene la marca a la vista, marca que sea conocida. Pero fabricada muy barata en China, con un gringo marketeandola y cobrando la mascada del león por la marca. Porque si la banda del calzoncillo que se asoma por encima de la cintura del baggy jean(¿se le podrá llamar cintura si va sobre la nalga?) dijera “Textil Victoria-Puente Alto”, seguro no sería tan cool como los 2xist o los Tommy Hilfiger. No hay marca. Y pensar que con el mismo nombre los gringos desarrollaron un tremendo negocio de ropa interior, poniéndole cabeza a lo que quería el consumidor y no a transformar materia prima: Victoria’s Secret.¡Que lección en globalización y economía moderna surge de los calzoncillos! Los subdesarrollados insistimos en querer industrializarnos cuando los desarrollados hace rato que le están mandando la industrialización al Asia, quedándose en los países desarrollados el verdadero valor agregado, las marcas, las ideas, las distribución, el diseño, los conceptos. El poder de la mente, de la imaginación, no el de las manos, o de la fuerza bruta. Seguro que van a aparecer los revolucionarios que van a protestar y llamar a esto explotación. Y ya lloraremos sobre la leche derramada en vez de pegarse el salto y ponerse a crear.También me compré Want One de Rufus Wainwright, y por si necesito algo romántico, Love Songs de Elton John. Dos tipos que componen lo que cantan, los dos son maricones, los dos son geniales. Pensar que en una época y en algunos lugares todavía, los hubieran arrojado a la hoguera. La música buena sale de gente especial. Lo de Pink Floyd, de la locura de Syd Barrett, de la voladura de las drogas de los sesenta, es “rock psicodélico” según lo clasifican por ahí. ¿Es eso sinónimo de composición bajo el efecto del LSD? Puede ser, pero la sola música es una volada… sin siquiera una gota de merlot en el cuerpo.Hoy me junté a tomar un café con un español, de treinta y tantos que vive por estos lados, uno que conocí en un chat que trabaja en sistemas. Bien pintosito se veía en las fotos, y en persona también. Buenas perspectivas tiene esto, pensé. Pero a los 10 minutos de oirlo hablar quería salir corriendo. No me va la poca inteligencia ni la inseguridad por lindo que sea el sujeto. Además me ponen muy nervioso los brazos de hombre afeitados. Menos mal que nos juntamos a tomar un café solamente. Decidí dedicarme a cosas más productivas que andar conociendo bichos de esos. Si llego a conocer a alguien, que sea por azar. Que juegue el destino. No me da la gana salir a levantarme a nadie, por mas que estas ciudad está llena de cuerpos esperando ser tomados. Y no es que este Huracán ya no atraiga, por el contrario, mientras caminaba por Coral Gables me sentí mas que observado varias veces… Me alegra estar en una edad en que la líbido la controlo yo, y no viceversa… Parece que el Huracán tocó tierra firme. ¶ 3:56 AM

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