Monday, August 07, 2006

 

Paul, APEC y otras yerbas

Saturday, November 20, 2004
Santiago y la APEC. Llegué a un aeropuerto lleno de aviones extraños estacionados a la orilla de la pista. Dos jumbos con el sol naciente de Japón en la cola, por alguna razón me recordó la novela de Clancy “Debt of Honor”pero ahí era la garza de Japan Airlines no el sol naciente. Tres aviones rusos, parece que Putin no venía solo. No vi el Air Force One, ni los otros de Bush, parece que estaban por otro lado. Se notaba lo chico de nuestro aeropuerto, parecía de esas fiestas donde llegan los invitados y los autos quedan estacionados en las veredas a lo largo de toda la cuadra, la fiesta de Ricardito a la que vinieron todos sus amiguitos.Todo Chile girando en torno a la Apec pero en el resto del mundo apenas se han enterado. El gringo que venía a mi lado en el avión sabía que Bush andaba por acá. De la Apec no tenía idea. Total , él no tenía planes de entrar a Santiago. Venía de Boston, muy Yankee el tipo, rubio flaco con pantalones caqui, camisa Oxford pinpoint a rayas azules y blancas, mocasines, anteojos chiquitos. Piel blanquita poco adecuada a vacaciones tropicales, una señora rubia flaca y huesuda con cara de sufrida. Sufrida por haber vivido preocupada de que sus hijos coman dietas balanceadas, nunca se acerquen a pintura con plomo, sufrida porque tiene que cumplir con los estándares de ese particular grupo que son esa peculiar gente conservadora de pensamiento liberal que puebla Nueva Inglaterra. Aunque no eran descendientes de los Pilgrims, sino que de inmigrantes irlandeses mas recientes. Cuatro hijos, habían dejado a la más chica en casa, lo que los identifica como católicos o bien como parte de esa generación a la que le dio por volver a las familias grandes, por ahí por el período de las soccer moms de los primeros años de Clinton. Los tres niños rubiecitos y sumamente bien educados, ninguna pataleta, ningún alboroto. Mucho quality time con sus padres. La versión siglo XXI de la familia Yankee ideal. ¿Votarían por Kerry o por Bush? Creo que Kerry, Massachussets al fin y al cabo. ¿pesaría más en esta gente el asunto del aborto y los matrimonios gay o su evidente sofisticación en materias internacionales? ¿Su conservadurismo económico pro mercado o su disciplina Yankee anti déficit? No quise meterme en esas honduras a riesgo de enevenenar el agua. Tenía que pasarme ocho horas mas en el avión con el tipo al lado.Iban a “Patagonia”, al Explora de Torres del Paine, porque habían oído cosas maravillosas acerca del lugar. Se lo había contado algún amigo brasileño y también un chileno millonario que tiene una isla en Maine, cerca de donde ellos pasan sus vacaciones. Alguna vez los había invitado a su casa a un lobster bake… lo que podría traducirse como un asado, pero donde se comen las famosas langostas de Maine. Parece que estos lobster bakes del señor Edwards son famosos en esa parte de Maine, ya que invita a toda el vecindario, la gente llega en veleros y los llevan a la isla en unos botecitos tradicionales para pescar langostas. La verdad es que este señor parece ser el único chileno rico que de verdad vive como rico. Como los ricos de antes, de esos que quería ser el Gran Gatsby. Les deseé buen viaje y por mas intentos que hice no hubo caso en interesarlo en Santiago, los ocho días que van a pasar en Chile verán guanacos, montañas, glaciares y praderas. Pocos chilenos. Que contraste con el viaje a Italia del año anterior que hizo esa familia. No fueron a nmirar los alpes o el mar adriático. Fueron a ver a los italianos, como eran, como vivían , como se divierten, a compartir sus comidas y disfrutar su arte. Me sentí mal de lo poco interesantes que le resultamos al resto del mundo como pueblo. Se saltan la gente, directo a ver los guanacos…El jueves por fin conseguí contactarme con Paul, un amigo que hice hace un par de meses en Manhattan. Lindo. Con pareja de cuatro años. Bad Boy… Cuando nos conocimos hubo una química instantánea. Violenta, como cuando se echa un compuesto en un matraz y salta todo… Los primeros besos fueron increíbles, pero pensé que al minuto se iba a dar cuenta que era yo a quién tenía al frente… que iba a inventar una excusa para irse. No fue asi. Esa vez tuvimos sexo espectacular, ese que te deja sintiéndote liviano, flotando, limpio, con una sensación de plenitud… Conversamos un poco acerca de su situación y la mía y me dijo que debería tener un boyfriend, un pololo, que demás me lo merecía. Es un niño malo, tiene treinta y tantos, como un Mel Gibson en versión de mi tamaño, barba tupida bien afeitada, cara cuadrada de irlandés, buen físico de esos como cuadraditos musculosos con el pelo corporal justo en los lugares justos, espalda suave, pinta de macho por donde lo mirara. Huele rico… Voz alegre, entusiasta, lleno de vida.El niños malo llegó el jueves a la hora de almuerzo a mi hotel con unos pantalones caquis oscuros button fly, camiseta blanca a lo James Dean, una camisa celeste conservadora y una chaqueta de mezclilla Levi’s. Toda su ropa lo justamente gastada como para exagerar su imagen de niño malo, pero impecablemente recién salida de la lavandería. Llegó ansioso, con una sonrisa enorme y apurado porque era su hora de almuerzo en la empresa editorial donde trabaja. Y donde trabaja su pareja también. La química de la vez anterior seguía igual, mas afiatada, ya nos acordábamos de lo que a cada uno le gustaba… Fue un lunch break espectacular. Como para repetirlo le dije… y me dice, “call me, I think I can get back here around 7 PM”. Que me han dicho. A las 5 me llamó él para decirme que iba a ir a un concierto de una banda, The Magnetic Fields, en Carnegie Hall, a las 8 30 PM, y que podíamos juntarnos a las 7. A esa hora apareció todo vestido de caballero, había ido a la casa a cambiarse, llegó con una chaqueta de tweed que parecía hecha para su cara, camisa mas formalita y un look medio intelectual exagerado por un libro gordo que andaba trayendo como lectura para el metro. Me dijo lo que estaba leyendo pero no lo recuerdo porque en ese momento mi mente andaba fantaseando con otras cosas. Pedimos algo de comer a room-service,para después, porque en el apuro no había alcanzado a comer, y teníamos que aprovechar el tiempo. Lo aprovechamos al máximo, fue increíble. Entre la hora de almuerzo y las 7 había fantaseado con Paul en cada segundo libre que me dejaron las graves reuniones en que estuve metido, pensando que debería tener un pololo como él, en la sana envidia que me da su pareja, aunque le ponga los cuernos. Imaginándome que alguien así en el momento correcto de mi vida me hubiera hecho cortar amarras… Pero imaginación y la soledad dan para todo. Comimos, conversamos, me mató verlo vestirse, después de esa ducha en que volvió a quedar impecable, tal como llegó. Me contó que se iba a juntar con amigos, también amigos de su pareja, pero que él no iba ya que había partidfo a la ópera. Que a él no le gustaba la ópera, y que en eso, así como en otras cosas se dejaban espacio. Que estaba feliz con el, pero que él era un “bad boy” que su pareja mas o menos se hacía el leso. Que tenía un par de fuck-buddies además de mí. Que para Thanksgiving iba a cocinar para 14 personas, amigos y la familia de su pareja. Que porque no tenía pololo yo, le dije que los como él no abundaban y si me encontraba uno así…Finalmente a las 8:10 se fue, y me dormí hasta como las diez de la noche. Desperté y me sentí muy solo. Todo olía a Paul… ¶ 4:56 PM

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