Sunday, August 06, 2006

 

Huracán empieza a contar

Sunday, November 07, 2004


Esto del blog se vuelve una compulsión, no se para qué lo empecé, pero tengo que seguir escribiendo aunque nadie lo lea y menos me lo comenten. A quién le podría importar lo que escribe o piensa alguién como yo. ¿Será exhibicionismo? ¿O masoquismo?.Primero, por qué este blog se llama Historias de un Huracán sin Rumbo? Bueno, como pienso escribir acerca de lo que pasó, lo que lo pone en la categoría de historias. Sin rumbo, porque el Huracán sujeto de las historias, sean estas verdaderas o no, no tiene el rumbo claro pero va moviéndose por el mundo con una energía y una fuerza enorme. Cuando un huracán toca tierra, causa mucha destrucción y dolor, a veces provocando cambios grandes en el paisaje. Si sigue por ese camino y se interna tierra adentro destruyendo y cambiándolo todo, se autodestruye en el proceso, pero si vuelve a salir al mar se fortalece. Un huracán sin rumbo no es como los huracanes normales que van por un rumbo mas o menos predecible. Un huracán sin rumbo puede nunca tocar tierra, o tocarla y volver a salir al mar. Es impredecible, pero puede que un día encuentre su rumbo.Tal vez en parte Huracán le usurpó la idea de falta de rumbo al título del libro de su terapeuta. La terapia que fracasó porque Huracán huyó a perderse en medio de una depresión cuando Stanley, mas preocupado de su activismo político que de lo que Huracán tenía en mente, lo trató de convencer de instalar sus bártulos en Manhattan y vivir solitario en un departamento del West Side dejando a su familia por otros rumbos. Huracán llegó a comprar una mesa, seis sillas, una linda cama que algún uso tuvo, un lindo sofa de cuero y hasta unas persianas espantosas. Pero ni siquiera el descubrir que su hermoso y recién divorciado amigo sudafricano con nombre de rey mago vivía en el edificio del lado le pudo parar la depresión en que iba cayendo a toda velocidad. Por cariñoso y apasionado que fuera el rey mago, no hubo caso. Después llegó Greg, el muchacho sureño con gusto a maiz de campo, que soñaba con Nueva York y quería vivir con Huracán. Le trató de levantar el ánimo con caricias y regalos, pero nada. Por fin apareció en escena Steve, el Californiano, a visitar los territorios que habían sido suyos, lo que obligó a Huracán a decirle al nene del sur que las prioridades estaban por otro lado. Pero Steve partió de vuelta al oriente, como siempre para trabajar y ganar dinero, y Huracán no pudo más. La navidad lo llevó a revisar su espíritu y buscar sus amores. La ecuación estaba mal y su corazón estaba destrozado, con su ser íntimo y real apuntando hacia un lado y su corazón y todo su lado afectivo apuntando a una familia que lo esperaba. Adios a Stanley, término de contrato anticipado al departamento del West Side y a reparar el daño. Pero Huracán no renunció a su ser y trata de mantenerse sin tocar tierra. ¿Hasta cuando podrá?Por ahora, se me está apagando la tele... ¶ 10:36 PM


Comments:
cuánto me felicito de haber guardado este documento histórico...
lo que sí, le faltan los comments... :(
no recuerdo si logré guardar los comments, porque no los tenías por blogger, sino por otro mecanismo.
bueno, si los tienes, podrías incluirlos al publicar estos posts históricos.
gracias nuevamente por volver a publicar. es como cuando reeditan una novela de culto en edición limitada... jajajaja
saludos!
 
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