Friday, August 25, 2006

 

Glamour...

Wednesday, December 08, 2004

Aquí estoy de nuevo volando. Me siento raro, volando a medio día, con vista a la pampa argentina (¿hay alguna otra que no sea argentina me pregunto yo?), un par de horas y estaré de vuelta en Santiago. Buenos Aires vibra con el peso devaluado, turistas a mil , el rey de Marruecos paseando por sus calles con enormes comitivas, las chicas de la noche haciéndose el año con el entourage de su majestad. Grandiosas recepciones de túnicas blancas y gorritos rojos ¿Cómo se llaman esos gorritos marroquíes que parecen un balde de playa invertido? Salí a comer con un ex-marine, latino buen mozón y totally straight, aclaro, por motivos estrictamente de trabajo. Simpático, ingenuo, correcto, buena persona, con mujer gringa que se ríe de las mujeres objeto de los programas latinos de televisión de sábado en la tarde. Políticamente correcto, pero seguro que votó por Bush. Siempre es un placer ir a Buenos Aires por su gente, linda, amable, con estilo. Raro país este vecino que tenemos. Gente maravillosa, linda ciudad, pero algo no funciona que hace que sus instituciones sean un desastre. Hay un elemento de irracionalidad que se cuela en las discusiones, en el proceso político. Que lindo va a ser cuando Argentina vuelva a encontrar su camino. Por ahora no, la gente va para un lado, al gobierno va para otro. Por ahí uno oye comentarios acerca de las locuras que se ven en la Patagonia, gringos millonarios comprando estancias para tener “Un refugio en la Patagonia Argentina”, (Patagonia si hay que especificar que es la argentina, porque está la chilena también). Suena glamoroso. Y parece que la máquina para vender ese sueño está bien montada, alrededor de dos marcas legendarias, Patagonia, y Argentina. Digo que son marca y fuerte. Chile todavía no. Y la marca de Argentina ha sufrido embates de años de gobiernos malos que no cumplen compromisos. Pero para el norteamericano medio y medio para arriba, Argentina evoca leyendas de regiones enormes y riquezas naturales, pampa y polo, gauchos y caballos, una Evita romántica, tango, sofisticación, refugios de millonarios, tierra de oportunidades, un intento de hacer Europa en este continente. Eso es lo primero que evoca, y no los gobiernos de gorilas, las Madres de Plaza de Mayo, la guerra de las Malvinas, los defaults de la deuda, la emigración desesperada, la pobreza de las provincias, las mafias, los piqueteros, los corralitos, la corrupción, la inflación desbocada. En contraste, la marca Chile todavía evoca historias de Pinochet, derechos humanos, dictadura, militares, sangre en las calles, muertos en los ríos. Si, también seriedad económica, fruta,salmones, vinos y naturaleza. Pero ninguna leyenda, es un freak, un país serio donde no corresponde,con una historia poco presentable. No es una Nueva Zelandia, es un bicho raro que no ha logrado definir un espacio en la iconografía del ciudadano de los países desarrollados. Patéticamente lo más cerca que se llegó a estar de ganar un lugar así fue en la época de la Unidad Popular, en que se posicionó a Chile como él de la revolución socialista democrática que sería un ejemplo para el mundo, independientemente de lo estuviera pasando en realidad. Siempre he pensado que si lográramos conjugar la capacidad de marketing país de Argentina con la capacidad de manejar las finanzas de Chile y uniéramos los países en una confederación del sur tendríamos una mayor probabilidad de tener algún impacto positivo en el mundo. El sueño del pibe, porque por ambos lados hay quienes piensan que eso es una herejía porque se sienten superiores al vecino. Craso error.
Este post fue escrito el martes en un avión entre Buenos Aires y Santiago y recién lo subo hoy miércoles. ¶ 8:19 PM

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