Sunday, August 06, 2006
Gente como uno
Thursday, November 11, 2004
Hasta ahora este Blog no se parece mucho a una bitácora. O es sólo una bitácora de mis recuerdos.Pero vamos, que algo hago todos los días. Hoy por ejemplo me la he tomado con calma porque Estados Unidos está medio cerrado por el feriado de Veterans Day, y se da la circunstancia de que la mayoría de las cosas que estoy desarrollando requieren largas y lateras conferencias telefónicas con gringos. Algunos norteamericanos han estado trabajando, en vez de salir con sus niños a mirar desfilar a los viejitos con uniformes que evocan guerras del siglo 20, bomberos que recuerdan el desastre del 11 de septiembre y policías que se sienten amenazados por el terrorismo del siglo 21. Me pregunto si van a desfilar los heridos y amputados de esta última guerra, o las madres de los soldados muertos, ya lo veremos, apropiadamente editado, esta noche en CNN, como corresponde a este mundo globalizado. Como me lo he tomado con calma, aproveché de dedicarle un tiempo a mi gran proyecto, ese que me chupa todas las lucas y va a demorar mucho en salir a flote, pero que va a ser, para bien o para mal, el que va a dejar una huella permanente de mi presencia en este mundo. Ya levantó cabeza, hace un par de años, y ahora estoy preparando el empujón para que salte a las grandes ligas. Estuve en eso esta mañana, revisando planes y planos, dando pasos atrás donde es necesario para poder madurar más las ideas, acelerando en otras cosas que se ven bien y además son urgentes. ¿Será que todo eso es un sueño de pendejo? Mejor que no, porque le he dedicado una parte enorme de mi tiempo y mucha plata. Cuandoera pendejo soñaba con irme a colonizar un pedazo de sur y construir un pueblo donde las cosas iban a ser perfectas, algo así como la película The Stepford Wives en versión western patagónico. Todo manejado por mí, que sería alcalde vitalicio y todopoderoso. Nunca quedaba claro en esos sueños si el alcalde vitalicio tenía una primera dama o si mantendría una relación cercana y amorosa con el director de obras, que sería un ingeniero atractivo, con genes suecos, e importado de Wisconsin para que supiera construir en la nieve. In fact, tampoco estaba claro si acaso la población iba a ser predominantemente masculina o mixta, ni de donde se originarían las generaciones futuras de esta población. Algo me decía que esa era un tema que no quería enfrentar y poco a poco los sueños fueron quedando relegados al mundo de lo imposible. Pero me divertí mucho estudiando las fotos aéreas de Chiloé Continental y Aysén y leyendo todo lo que se había escrito sobre esa zona y su colonización. Además de hacer una expedición de mochilero a la zona para ver como era realmente el terreno. Con tanto otro tema que resolver, los proyectos pasaron al baúl de los recuerdos, pero me parece justo que al menos tenga un patético proyectito inmobiliario que remotamente me recuerde la ansiedad por crear un mundo nuevo que tenía de chico. En estos días salí con mi hijo menor, sus compañeros de equipo y colegio y sus padres a comer a un restaurante para celebrar triunfos deportivos. Boys night out, que sensación mas extraña, compartiendo la mesa con contemporáneos míos que me caen bien y a los que yo aparentemente les agrado, pero que son de otro planeta. Padres de niños de colegio católico, buenas familias conservadoras de Santiago, educados en alguno de unos cuantos y elegidos colegios privados del barrio alto de Santiago. Gente como uno. Sólo que para nada son como uno, que se educó en un colegio de curas liberales de provincia, qué tiene la tradición católica medio diluida por un padre rebelde y una madre norte europea que siempre estuvo como un pez fuera del agua entre tanto, velo, agua bendita y genuflexión. Con un abuelo enterrado en el cementerio de disidentes y una abuela que le rezaba a una virgen en la que no creía pero, bueno, nunca estaría de más aunque fuera en inglés. Tampoco son como uno cuando se llega a hablar de algo que no sea la liviandad del momento, como de por qué no es bueno el racismo y el clasismo y como esas lacras nos ayudan a ser subdesarrollados eternos. O atreverse a decir que en Chile no hay igualdad de oportunidades porque la educación esta dividida en la de los nuestros y la de los demás, y que eso no es bueno, porque mientras no se arregle vamos a seguir despilfarrando la mayor riqueza que podríamos tener, el recurso humano. Tampoco son como uno cuando piensas en la religión como una expresión cultural más que una verdad revelada. Cuando mencionas las fallas estructurales del clero católico y cuestionas el celibato, y se te ocurre mencionar eso como un tema a debatir. O cuando les dices que las sectas evangélicas norteamericanas y algunos grupos conservadores católicos tienen mucho en común. O cuando les recuerdas que los pecados más grandes no son los del sexo, ni siquiera para la doctrina católica.Pero más que nada veo que no son como uno cuando veo a mi hijo a sus hijos, uno que ve el mundo como si fuera el patio de su casa y espera volver a escalar la muralla china, esa vieja conocida de las vacaciones, otros cuya perspectiva termina en Zapallar y para quienes un viaje a la estratósfera consiste en ir a Disney World. Unos para los que ver una persona de raza, religión o cultura diferente es un riesgo de contaminación cultural y pérdida de valores, otro que no honestamente no nota las diferencias porque no concibe un mundo sin diversidad. Pero no importa, el tiempo los igualará, saldrán de sus colegios-burbuja, descubrirán el mundo más allá de Plaza Italia. Chatearán con liceanos globalizados que sabrán de la misma música que ellos y se darán cuenta de la maravillosa diversidad que sus padres les ocultaron. Verán que alguien intentó tapar el sol con un dedo para protegerlos pero que el soy brilla y lo ilumina todo. Se encontrarán en las vacaciones de verano con el papá de algún amigo que los desafíe a pensar acerca del aborto y les cuestione sus respuestas envasadas. Viajarán unos metros más acá de Disney World y descubrirán los rincones de South Beach, y hasta algunos descubrirán su orientación sexual diversa. Aprenderán de Will & Grace y de Dawson’s Creek que el mundo no tiene que ser tan gris como les dijeron. Pero hoy, todavía no son gente como uno.Me agrada esa gente que cree que es como uno, al menos mientras me logro mantener despierto. Pero con ellos, por buenas personas que sean, por lindos ideales que promuevan, se me apaga la tele muy rápido. ¶ 8:41 PM
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Hasta ahora este Blog no se parece mucho a una bitácora. O es sólo una bitácora de mis recuerdos.Pero vamos, que algo hago todos los días. Hoy por ejemplo me la he tomado con calma porque Estados Unidos está medio cerrado por el feriado de Veterans Day, y se da la circunstancia de que la mayoría de las cosas que estoy desarrollando requieren largas y lateras conferencias telefónicas con gringos. Algunos norteamericanos han estado trabajando, en vez de salir con sus niños a mirar desfilar a los viejitos con uniformes que evocan guerras del siglo 20, bomberos que recuerdan el desastre del 11 de septiembre y policías que se sienten amenazados por el terrorismo del siglo 21. Me pregunto si van a desfilar los heridos y amputados de esta última guerra, o las madres de los soldados muertos, ya lo veremos, apropiadamente editado, esta noche en CNN, como corresponde a este mundo globalizado. Como me lo he tomado con calma, aproveché de dedicarle un tiempo a mi gran proyecto, ese que me chupa todas las lucas y va a demorar mucho en salir a flote, pero que va a ser, para bien o para mal, el que va a dejar una huella permanente de mi presencia en este mundo. Ya levantó cabeza, hace un par de años, y ahora estoy preparando el empujón para que salte a las grandes ligas. Estuve en eso esta mañana, revisando planes y planos, dando pasos atrás donde es necesario para poder madurar más las ideas, acelerando en otras cosas que se ven bien y además son urgentes. ¿Será que todo eso es un sueño de pendejo? Mejor que no, porque le he dedicado una parte enorme de mi tiempo y mucha plata. Cuandoera pendejo soñaba con irme a colonizar un pedazo de sur y construir un pueblo donde las cosas iban a ser perfectas, algo así como la película The Stepford Wives en versión western patagónico. Todo manejado por mí, que sería alcalde vitalicio y todopoderoso. Nunca quedaba claro en esos sueños si el alcalde vitalicio tenía una primera dama o si mantendría una relación cercana y amorosa con el director de obras, que sería un ingeniero atractivo, con genes suecos, e importado de Wisconsin para que supiera construir en la nieve. In fact, tampoco estaba claro si acaso la población iba a ser predominantemente masculina o mixta, ni de donde se originarían las generaciones futuras de esta población. Algo me decía que esa era un tema que no quería enfrentar y poco a poco los sueños fueron quedando relegados al mundo de lo imposible. Pero me divertí mucho estudiando las fotos aéreas de Chiloé Continental y Aysén y leyendo todo lo que se había escrito sobre esa zona y su colonización. Además de hacer una expedición de mochilero a la zona para ver como era realmente el terreno. Con tanto otro tema que resolver, los proyectos pasaron al baúl de los recuerdos, pero me parece justo que al menos tenga un patético proyectito inmobiliario que remotamente me recuerde la ansiedad por crear un mundo nuevo que tenía de chico. En estos días salí con mi hijo menor, sus compañeros de equipo y colegio y sus padres a comer a un restaurante para celebrar triunfos deportivos. Boys night out, que sensación mas extraña, compartiendo la mesa con contemporáneos míos que me caen bien y a los que yo aparentemente les agrado, pero que son de otro planeta. Padres de niños de colegio católico, buenas familias conservadoras de Santiago, educados en alguno de unos cuantos y elegidos colegios privados del barrio alto de Santiago. Gente como uno. Sólo que para nada son como uno, que se educó en un colegio de curas liberales de provincia, qué tiene la tradición católica medio diluida por un padre rebelde y una madre norte europea que siempre estuvo como un pez fuera del agua entre tanto, velo, agua bendita y genuflexión. Con un abuelo enterrado en el cementerio de disidentes y una abuela que le rezaba a una virgen en la que no creía pero, bueno, nunca estaría de más aunque fuera en inglés. Tampoco son como uno cuando se llega a hablar de algo que no sea la liviandad del momento, como de por qué no es bueno el racismo y el clasismo y como esas lacras nos ayudan a ser subdesarrollados eternos. O atreverse a decir que en Chile no hay igualdad de oportunidades porque la educación esta dividida en la de los nuestros y la de los demás, y que eso no es bueno, porque mientras no se arregle vamos a seguir despilfarrando la mayor riqueza que podríamos tener, el recurso humano. Tampoco son como uno cuando piensas en la religión como una expresión cultural más que una verdad revelada. Cuando mencionas las fallas estructurales del clero católico y cuestionas el celibato, y se te ocurre mencionar eso como un tema a debatir. O cuando les dices que las sectas evangélicas norteamericanas y algunos grupos conservadores católicos tienen mucho en común. O cuando les recuerdas que los pecados más grandes no son los del sexo, ni siquiera para la doctrina católica.Pero más que nada veo que no son como uno cuando veo a mi hijo a sus hijos, uno que ve el mundo como si fuera el patio de su casa y espera volver a escalar la muralla china, esa vieja conocida de las vacaciones, otros cuya perspectiva termina en Zapallar y para quienes un viaje a la estratósfera consiste en ir a Disney World. Unos para los que ver una persona de raza, religión o cultura diferente es un riesgo de contaminación cultural y pérdida de valores, otro que no honestamente no nota las diferencias porque no concibe un mundo sin diversidad. Pero no importa, el tiempo los igualará, saldrán de sus colegios-burbuja, descubrirán el mundo más allá de Plaza Italia. Chatearán con liceanos globalizados que sabrán de la misma música que ellos y se darán cuenta de la maravillosa diversidad que sus padres les ocultaron. Verán que alguien intentó tapar el sol con un dedo para protegerlos pero que el soy brilla y lo ilumina todo. Se encontrarán en las vacaciones de verano con el papá de algún amigo que los desafíe a pensar acerca del aborto y les cuestione sus respuestas envasadas. Viajarán unos metros más acá de Disney World y descubrirán los rincones de South Beach, y hasta algunos descubrirán su orientación sexual diversa. Aprenderán de Will & Grace y de Dawson’s Creek que el mundo no tiene que ser tan gris como les dijeron. Pero hoy, todavía no son gente como uno.Me agrada esa gente que cree que es como uno, al menos mientras me logro mantener despierto. Pero con ellos, por buenas personas que sean, por lindos ideales que promuevan, se me apaga la tele muy rápido. ¶ 8:41 PM
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a mí los chats y los blogs me han ayudado mucho a salir de la burbuja. nunca fui muy cuico, pero sí aislado y desinteresado por las realidades que no tocaban mi metro cuadrado. tampoco es que venga recién saliendo de la burbuja, pero los chats y blogs ayudaron bastante últimamente. ahora cuando conozco en persona a alguien con quien hice amistad a través de blog y chat, los prejuicios casi no están, y me siento muy bien que así sea, porque me permite apreciar debidamente la riqueza de la otra persona, y disfrutar de compartir con ella. debo decir que me siento agradecido y al mismo tiempo orgulloso de este logro.
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