Sunday, August 06, 2006
De religión y política
Monday, November 15, 2004
Arturo existe y contestó. La vida da muchas vueltas.Este fin de semana he tenido dos comidas que además de hacerme carretear mas de lo que acostumbro, me forzaron a un ejercicio de diplomacia para mantener la armonia y civilidad sin tener que defender posiciones en las que no creo.La primera comida fue con una pareja de amigos a quienes aprecio mucho. Pato es una de las personas mas buenas que conozco, varios años mayor que yo. Nos conocimos al comienzo de mi vida profesional, cuando yo era inocente y estaba lleno de energía y ansias por salir del país a aprender mas. El venía llegando y siempre me apoyó desinteresadamente, con cosas como prestarme su auto hasta presentarme gente que necesitaba conocer. El se casó viejo, después que yo, y no sé si decir que es un homofobo, mas me parece que es un producto de sus tiempos. Recuerdo sus comentarios acerca de las "asquerosidades" que le había tocado ver en Provincetown, balneario gay de Massachussetts, o del espanto que le causó ver en el pasillo de su edificio a un tipo lamiéndole los pectorales a un joven universitario. A pesar de eso siempre se refirió con respeto a su amigo y compañero de departamento que tenía la costumbre de perderse en las noches Bostonianas porque necesitaba "salir a manejar para relajarse", y que a los pocos años murió de Sida en Santiago. Creo que Pato todavía me aprecia tanto como en esos tiempos en que nos conocimos, y que él no se imagina que hoy me reonozco un Kinsey 5, es decir bien maricón, y que esto lo sabe la mujer con quién comparto la vida y la paternidad de mis hijos. Mi amigo se casó viejo, mucho más viejo que yo, y le ha costado desarrollar su carrera, pero tiene una familia que parece feliz, sin rollos grandes. Nos invita a comer cada tanto y es un evento bastante predecible, con conversación liviana típicamente interrumpida por alguna de esas pachotadas en que se me ocurre dar una opinión controvertida, contraria al pensamiento típico de ese medio conservador. Casi nunca fallo en eso, a veces es la única forma de evitar que se me apague la tele a mitad de la conversación. Necesito la adrenalina que surge de desafiar al establishment, y de tener que defender mis opiniones sin traicionar lo que realmente pienso y soy. Hace muchos años que tomé la decisión de no traicionar lo que pienso y lo que soy, lo que ha tenido el efecto de dejar en evidencia, sin querer, mi sexualidad frente a un par de personas que quiero mucho. La verdad es que prefiero caerme fuera del closet antes que mentir sobre lo que pienso. En esta ocasión había otra pareja invitada, también conocidos nuestros, también mayores. Una pareja formada por una mujer activa en el Opus Dei, y un marido de pensamiento más liberal y que si bien no baila al son de la música de su mujer, trata de no desafianar cuaqndo le ponen la música. De pensamiento político conservador, de derecha, de los que se cambian de circunscripción electoral para "sacar" un candidato, y que piensan que las elecciones se pueden perder porque los derechistas son demasiado cómodos como para votar en vez de irse a la playa en un fin de semana largo.Tuvimos una larga discusión acerca de como se ganan y como se pierden las elecciones, y acerca de que si algún día la Alianza va a gobernar este país no va a ser porque los derechistas duros dejaron de ir a la playa para ir a votar, sino que porque lograron atraer a los que no son voto duro de nadie. Y que por lo demás eso lo está haciendo muy bien la Concertación, atraer el voto de los que no son voto duro. Y que les guste o no, ganar elecciones en democracia es un asunto que muchas veces favorece a quienes tienen menos escrúpulos, y que por eso mismo no me gustaría ser político. En fin, hubo algo de revuelo, pero al menos se me mantuvo prendida la tele hasta las 3 de la mañana. Por suerte la discusión de valores anduvo por ese lado y no se fue a los temas valóricos sexuales, porque se pudo poner complicada la cosa. En política tengo una posición independiente, en esos otros temas no.Para seguirla, ¿no dicen que de política y religión...? bueno, la segunda comida fue con dos sacerdotes católicos. No uno, dos. Sorprendentemente cordial y armoniosa la velada considerando que alrededor de la mesa, además de mí, se encontraban mi hijo mayor y su primo que son agnósticos. Los buenos sacerdotes católicos son diplomáticos y tienen tacto. Querían conocerme sin tener idea de cómo era yo. Les había hecho un favor, la verdad ellos me han ayudado a mi también. No pasó nada, no entramos en ningún tema complicado, y a pesar de esop logramos hablar de cosas importantes. Se puede, si uno tiene la mente y el corazón abiertos. Hace años conocí a uno de mis mejores amigos en un cruising ground. Fue flechazo instantáneo, y hubo un romance interesante. Recién la segunda vez que dormimos juntos me contó que era cura, bastante después que le había dicho que no tenía nada contra la iglesia católica, que era la iglesia la que tenía algo contra mi. Fue duro contarme después de eso, pero como es un hombre honesto no lo escondió. Fue un largo camino para él lo que vino después, hasta llegar a colgar la sotana y vivir abiertamente su sexualidad. Fue partir de nuevo con su vida, partir en ese viaje sin carta de navegación, y ha pasado por ese proceso sabiendo que me tiene como amigo. Este hombre, con una amplia formación en teología, pensamiento de izquierda y experiencia pastoral entre los mas pobres, me ayudó a reencontrarme con una espiritualidad verdadera, y a entender la religiosidad con una perspectiva diferente. Se lo agradezco, y a cambio le conté algo de como funciona el mundo sin sotana. Seguimos siendo muy buenos amigos. ¶ 1:17 AM
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Arturo existe y contestó. La vida da muchas vueltas.Este fin de semana he tenido dos comidas que además de hacerme carretear mas de lo que acostumbro, me forzaron a un ejercicio de diplomacia para mantener la armonia y civilidad sin tener que defender posiciones en las que no creo.La primera comida fue con una pareja de amigos a quienes aprecio mucho. Pato es una de las personas mas buenas que conozco, varios años mayor que yo. Nos conocimos al comienzo de mi vida profesional, cuando yo era inocente y estaba lleno de energía y ansias por salir del país a aprender mas. El venía llegando y siempre me apoyó desinteresadamente, con cosas como prestarme su auto hasta presentarme gente que necesitaba conocer. El se casó viejo, después que yo, y no sé si decir que es un homofobo, mas me parece que es un producto de sus tiempos. Recuerdo sus comentarios acerca de las "asquerosidades" que le había tocado ver en Provincetown, balneario gay de Massachussetts, o del espanto que le causó ver en el pasillo de su edificio a un tipo lamiéndole los pectorales a un joven universitario. A pesar de eso siempre se refirió con respeto a su amigo y compañero de departamento que tenía la costumbre de perderse en las noches Bostonianas porque necesitaba "salir a manejar para relajarse", y que a los pocos años murió de Sida en Santiago. Creo que Pato todavía me aprecia tanto como en esos tiempos en que nos conocimos, y que él no se imagina que hoy me reonozco un Kinsey 5, es decir bien maricón, y que esto lo sabe la mujer con quién comparto la vida y la paternidad de mis hijos. Mi amigo se casó viejo, mucho más viejo que yo, y le ha costado desarrollar su carrera, pero tiene una familia que parece feliz, sin rollos grandes. Nos invita a comer cada tanto y es un evento bastante predecible, con conversación liviana típicamente interrumpida por alguna de esas pachotadas en que se me ocurre dar una opinión controvertida, contraria al pensamiento típico de ese medio conservador. Casi nunca fallo en eso, a veces es la única forma de evitar que se me apague la tele a mitad de la conversación. Necesito la adrenalina que surge de desafiar al establishment, y de tener que defender mis opiniones sin traicionar lo que realmente pienso y soy. Hace muchos años que tomé la decisión de no traicionar lo que pienso y lo que soy, lo que ha tenido el efecto de dejar en evidencia, sin querer, mi sexualidad frente a un par de personas que quiero mucho. La verdad es que prefiero caerme fuera del closet antes que mentir sobre lo que pienso. En esta ocasión había otra pareja invitada, también conocidos nuestros, también mayores. Una pareja formada por una mujer activa en el Opus Dei, y un marido de pensamiento más liberal y que si bien no baila al son de la música de su mujer, trata de no desafianar cuaqndo le ponen la música. De pensamiento político conservador, de derecha, de los que se cambian de circunscripción electoral para "sacar" un candidato, y que piensan que las elecciones se pueden perder porque los derechistas son demasiado cómodos como para votar en vez de irse a la playa en un fin de semana largo.Tuvimos una larga discusión acerca de como se ganan y como se pierden las elecciones, y acerca de que si algún día la Alianza va a gobernar este país no va a ser porque los derechistas duros dejaron de ir a la playa para ir a votar, sino que porque lograron atraer a los que no son voto duro de nadie. Y que por lo demás eso lo está haciendo muy bien la Concertación, atraer el voto de los que no son voto duro. Y que les guste o no, ganar elecciones en democracia es un asunto que muchas veces favorece a quienes tienen menos escrúpulos, y que por eso mismo no me gustaría ser político. En fin, hubo algo de revuelo, pero al menos se me mantuvo prendida la tele hasta las 3 de la mañana. Por suerte la discusión de valores anduvo por ese lado y no se fue a los temas valóricos sexuales, porque se pudo poner complicada la cosa. En política tengo una posición independiente, en esos otros temas no.Para seguirla, ¿no dicen que de política y religión...? bueno, la segunda comida fue con dos sacerdotes católicos. No uno, dos. Sorprendentemente cordial y armoniosa la velada considerando que alrededor de la mesa, además de mí, se encontraban mi hijo mayor y su primo que son agnósticos. Los buenos sacerdotes católicos son diplomáticos y tienen tacto. Querían conocerme sin tener idea de cómo era yo. Les había hecho un favor, la verdad ellos me han ayudado a mi también. No pasó nada, no entramos en ningún tema complicado, y a pesar de esop logramos hablar de cosas importantes. Se puede, si uno tiene la mente y el corazón abiertos. Hace años conocí a uno de mis mejores amigos en un cruising ground. Fue flechazo instantáneo, y hubo un romance interesante. Recién la segunda vez que dormimos juntos me contó que era cura, bastante después que le había dicho que no tenía nada contra la iglesia católica, que era la iglesia la que tenía algo contra mi. Fue duro contarme después de eso, pero como es un hombre honesto no lo escondió. Fue un largo camino para él lo que vino después, hasta llegar a colgar la sotana y vivir abiertamente su sexualidad. Fue partir de nuevo con su vida, partir en ese viaje sin carta de navegación, y ha pasado por ese proceso sabiendo que me tiene como amigo. Este hombre, con una amplia formación en teología, pensamiento de izquierda y experiencia pastoral entre los mas pobres, me ayudó a reencontrarme con una espiritualidad verdadera, y a entender la religiosidad con una perspectiva diferente. Se lo agradezco, y a cambio le conté algo de como funciona el mundo sin sotana. Seguimos siendo muy buenos amigos. ¶ 1:17 AM
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te sentirás muy herido si te digo que me gusta más tu blog antiguo?? jajajaja... sorry... bueno, quizá es por lo que me marcó en otra época...
saludos!
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saludos!
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